Diario Ya. La bahía de Algeciras ha sido nuevamente escenario esta semana de un nuevo y grave conflicto en sus aguas, entre el Servicio de Vigilancia Aduanera español en Gibraltar y la Royal Gibraltar Police, la policía británica del Peñón. Todo comenzó cuando el martes una patrullera española interceptó una nave de recreo gibraltareña dentro de las tres millas que el Gobierno británico se atribuye y que el Gobierno español no le reconoce.
El Tratado de Utrecht de 1713 habla de las aguas del puerto, y no de las que rodean al Peñón, por lo que esas las aguas que están a tres millas no constituyen en modo alguno “aguas territoriales británicas” afirman fuentes consultadas del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid.
En reiteradas ocasiones la Royal Gibraltar Police ha impedido que pescadores españoles faenaran en el territorio que el Gobierno de Reino Unido insiste en considerar como propias. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha reiterado que “los pescadores españoles seguirán faenando en aguas españolas”, mientras que Londres protesta ante España por los intentos de ejercer jurisdicción en aguas territoriales británico-gibraltareñas.
El conflicto diplomático está servido y como consecuencia del enfrentamiento, el Gobierno español trasladó al embajador británico en Madrid, Giles Paxman, su preocupación por estos hechos que tensan una vez más las relaciones entre España y Reino Unido. Casi en paralelo, el Foreign Office se puso en contacto con el embajador de España en Londres, Federico Trillo.
El Servicio de Vigilancia Aduanera español tiene como misión principal detectar e impedir el narcotráfico, el contrabando y el blanqueo de capitales marítimos, tres delitos que se cometen a diario desde hace mucho tiempo en aguas gibraltareñas. En esta ocasión, el SVA sospechó que la nave gibraltareña de recreo que se encontraba en aguas españolas, pudiera llevar a bordo algún alijo de droga , por lo que decidieron interceptarla y llevarla hasta el puerto de Algeciras, donde la Royal Gibraltar Police intervino avisando a los agentes españoles de la ilegalidad de su acción, algo que la policía española refutó, por lo que comenzó una fuerte discusión que ha terminado en los despachos de los embajadores español y británico. Una vez más, se tensa la cuerda.
Ese mismo día, unas horas antes de este enfrentamiento, la corbeta Vencedora entró en las tres millas que reclaman Londres y Gibraltar, en unas circunstancias que aún no han sido aclaradas. El buque de la Armada, según las autoridades del Peñón, fue advertido por la Royal Navy -la Marina de guerra británica, que cuenta con una base en Gibraltar- de que debía abandonar de inmediato esas aguas porque estaba cometiendo una "incursión ilegal". El Ejecutivo de Picardo considera esa acción una "afrenta a la soberanía británica".