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Diario YA


 

Guía para sacerdotes jóvenes y para los sacerdotes mediáticos

Consejos de un Cura Veterano

Diario Ya.  A nuestra redacción ha llegado una interesante carta en la que un cura veterano ofrece una serie de consejos basados en su propia experiencia, tras muchos años de profesión sirviendo y ayudando a los demás. Ahora pone estos conocimientos al servicio de los sacerdotes más jóvenes y tal vez de aquellos otros que se ven envueltos en un universo mediático que les es ajeno. Y no parecen malos consejos

 
 
El único Salvador es Jesucristo. El cristianismo ya está inventado. Ayudar a vivirlo hoy, es tu misión.
 
Si predicas a otro que escuche la Palabra de Dios, escúchala tú primero.
 
La oración no tiene buena prensa, pero sin ella no “saborearás” a Dios.
 
Cuando hables, prepárate, que sabemos mucha teología, pero somos capaces de decir muchos “disparates”.
 
No te pegues al dinero, pésimo pegamento, mal amor, pero buen criado. No abunda hoy el “cura avaro”, sino el “gastón”; ni uno ni otro evangeliza.
 
Si pudiendo elegir un trabajo, escoge el menos remunerado; estarás cerca del Evangelio. Si esto lo haces “sin presumir”, más evangélico aún.
 
No gastes “aires de superioridad”. La sencillez gana los corazones.
 
Al llegar a un pueblo elogia su agua, su clima y sus gentes. Consejo de un cura que ya ha vivido mucho. Y “sabe más el diablo por viejo….”
 
Si empiezas desarmándolo todo, malo, malísimo. Decía otro cura de antaño: En el primer año ver, oír y callar, sobre todo callar. Y como norma, hablar siempre bien del antecesor. Esto edifica “cantidad”.
 
Si gastas dinero de la comunidad, rinde cuentas a la comunidad.
 
Nunca llames “perder el tiempo” a charlar con la gente de sus cosas y preocupaciones, sean cristianas o no. Basta que sean personas.
 
Y menos creer que escuchar y perdonar pecados es labor inútil, aunque lo parezca y no “brille”.
 
Si te toca ayudar a un cura mayor, recuerda que es cura y que es mayor.
 
Consulta tus proyectos con peritos, compañeros, pueblo, comunidad. Consultar no es tiempo perdido. Tú no eres infalible… ¡Y la Iglesia tiene más de dos mil años!
 
En ocasiones te verás convertido en custodio de arte religioso. Todo arte, más el religioso, es signo de la belleza de Dios. Respétalo como algo divino.
 
No te metas a “gobernar” la política, la cultura, los sindicatos… ¿Te parece poca extensa tu parcela religiosa? Respeta la ley de “incompatibilidades”. Y no seas cacique.ç
Tu tarea apostólica quedará estéril si no suscitas hombres y mujeres apóstoles en todos los campos. Haz comunidad continuadora de la obra de Jesús.
 
Tarde o temprano, en el horizonte de tu vida aparecerá marcado por el dolor, la tentación, la fragilidad, la cruz. Eres ministro del crucificado. No extrañes, no rehúyas la cruz.
 
Tu celibato te exigirá renuncia, ofrecimiento, lucha… Y somos ¡tan frágiles! Por lo menos andemos advertidos por el mundo.