Coronavirus y cuaresma
Enric Barrull Casals. Está en primer plano de noticias el coronavirus con advertencias para evitar contagios sobre todo para las personas de riesgo. No se puede minusvalorar el peligro; sin embargo, los expertos llaman a tener calma, y personas sensatas invitan también a tener más perspectiva. Por eso hablan de la paradoja de amplios sectores de la sociedad que prescinde de la fe cristiana mientras tienen una confianza ciega en el progreso científico, como esas hibernaciones para superar la muerte, y quedan paralizados ante un virus. El transhumanismo que venden algunos choca ahora con la fragilidad del superhombre.
La esperanza cristiana contrasta con esa visión sin trascendencia y sin Dios. Cuando los creyentes proclamamos cada domingo la fe en la vida eterna, asumimos a la vez esa fragilidad y la esperanza en Jesucristo, que ha muerto y resucitado, y asegura que todos también resucitaremos. La Pascua a la que nos encaminamos en esta Cuaresma ayuda a ver con más realismo, trascendencia y fe, la enfermedad y la muerte. Por ello la mortificación simbolizada en la Ceniza y la Abstinencia no se reduce a un rito del pasado pues invita a poner la mirada en Jesucristo salvador de todos los hombres.