La crisis ha marcado un antes y un después en la vida de la gente de muchas formas diferentes. De una forma o de otra, las personas han adaptado su vida cotidiana a esta nueva realidad ajustando su día a día de diversas maneras.
Mientras que se hacía necesario descubrir cómo recuperar los ingresos que entraban al hogar de antes de la crisis, se forjó también una idea que tuvo una buena acogida y aceptación. Se empezaron a reemplazar los regalos tradicionales para las fechas especiales a las que no se quería renunciar por regalos hechos a mano o personalizados, más baratos y cercanos a la vez. En definitiva, obsequios que implicaban un mayor nivel de cercanía y de dedicación en comparación con los regalos tradicionales. Generalmente más caros aunque con un acabado mejor perfilado.

Modelos de negocio que surgieron junto a esta tendencia
Tal como se escuchó en innumerables ocasiones, el significado chino de la palabra crisis como un momento también de oportunidad, fue acertado para diversos modelos de negocios. Que lejos de verse afectados por la crisis, consiguieron ver una expansión en sus cuentas.
Los negocios dedicados al comercio de segunda mano, vieron cómo cada vez eran mejor recibidos y el número de artículos disponibles en ellos aumentó considerablemente. Lo mismo sucedió con los bazares y tiendas de precios bajos.
Este cambio en los hábitos de los consumidores provocó un cambio de igual intensidad tanto en los negocios ya existentes como en aquellos que iban a surgir desde el origen de la crisis hasta nuestra época. Sabiendo así aprovechar el menor impulso de las compras habituales y el crecimiento de las adquisiciones con mayor significado emocional para el comprador o compradora.

Cumpleaños y fechas especiales, ejemplos claros de esta tendencia.
Puesto que el patrón de compras cambió a raíz de la crisis, las tiendas se adaptaron en la medida de lo posible a la nueva realidad. En algunos casos, esa adaptación era compleja puesto que no podían cambiar la presencia de su marca, un claro ejemplo de esto son las tiendas de ropa de marcas conocidas, quienes tienen un rango de precios.
Frente a ellas, aparecían empresas capaces de adaptarse mejor para dar a la gente algo que pudieran ajustar a sus necesidades, con un precio más barato y con un toque más cercano a quien lo iba a recibir. Un ejemplo de esa adaptación bien hecha al nuevo modelo de negocio que surgió entonces son los puzzles personalizados de Kustomia, que cumplen con los requisitos básicos que se busca hoy en día. Un precio asequible y una mayor capacidad de involucrarse en el producto.
Gracias a las nuevas tecnologías y al desarrollo de internet, se ha facilitado la posibilidad de ofrecer alternativas para fechas especiales que cumplan con originalidad y personalización frente a los productos típicos de las tiendas habituales.
Algo que, viendo el éxito y el número cada vez más amplio de este tipo de negocios, está demostrando ser una opción más que a tener en cuenta a la hora de querer hacer un regalo que cumpla con el sueño de todo comprador o compradora. Bueno, bonito y barato.