Redacción Madrid. 5 de diciembre.

  La Policía israelí declaró hoy el estado de alerta máxima en el país y en los territorios ocupados por la violencia desatada a causa del desalojo de varias familias de colonos de un edificio de la ciudad cisjordana de Hebrón.

   Durante el día de hoy se desplegarán amplias fuerzas policiales, especialmente en Hebrón y en Jerusalén, para intentar evitar que los ultraortodoxos bloqueen calles y ataquen a palestinos, y que éstos realicen manifestaciones, informaron los medios israelíes.

   Por su parte, los extremistas israelíes han pedido a sus seguidores que se embarquen en una semana de actividades de represalia por la expulsión y que sigan acudiendo a la “Casa de la discordia”, a pesar de que ésta fue desalojada ayer por la Policía. "Decidiremos el momento y el lugar para tomar represalias", afirmaron varios de ellos al diario 'Yediot Aharonoth'.

   Anoche, el comisionado de la Policía Dudi Cohen mantuvo ayer conversaciones telefónicas con sus jefes en las que les pidió que desplieguen fuerzas en varios "puntos calientes" e intersecciones del país para evitar incidentes. Además, la Policía decidió restringir la entrada en el Templo de la Montaña para las oraciones de hoy a los hombres mayores de 45 años que posean tarjetas de identificación israelíes, aunque no hay restricciones para las mujeres.

  La tensión en la ciudad cisjordana de Hebrón creció en las últimas horas después de que las fuerzas de seguridad israelíes desalojasen ayer la “Casa de la discordia” que estaba tomada por un grupo de ultraortodoxos judíos, operativo que dejó al menos veinte personas heridas por el lado israelí y dos palestinos con heridas de bala. Informa la agencia argentina AJN

  A raíz del recrudecimiento de la violencia, la Fuerza de Defensa de Israel (IDF por su sigla en inglés) declaró la ciudad zona militarizada ante el temor de que se propaguen los disturbios, según informó el diario The Jerusalem Post.

  La jornada de violencia comenzó durante la mañana cuando personal de las fuerzas de seguridad irrumpió en la casa disputada en Hebrón y completaron la evacuación en menos de una hora. La operación se realizó con varias dificultades y los servicios de emergencia de Magen David Adom informaron de que 20 personas resultaron levemente heridas y dos fueron enviadas al hospital con lesiones moderadas.

  Según informó el portal de noticias Ynet, las unidades especiales de la policía entraron en la casa y quitaron a los activistas ultraortodoxos que intentaron resistirse al desalojo. La policía tuvo que utilizar granadas y gas lacrimógeno para sacar a los colonos de la propiedad. Sin embargo, antes de la operación de desalojo, el ministro de Defensa, Ehud Barak, había ordenado a las fuerzas de seguridad que el operativo se realizara sin violencia. Finalmente, el desalojo de la “Casa de la discordia” en Hebrón, Beit Hashalom, no pudo realizarse bajo las condiciones pedidas por el ministro.

  Incluso, jóvenes judíos del asentamiento Kiryat Arba decidieron adherirse a la manifestación y crear una distracción para los policías que estaban realizando la operación. Dichos jóvenes prendieron fuego en las esquinas de la casa, lanzaron piedras contra viviendas palestinas y derribaron antenas y árboles.

  Un hombre palestino que vive cerca de la casa Beit Hashalom denunció que un grupo de jóvenes judíos derribó la valla para entrar en su propiedad y destruir los huertos de olivos en venganza por la evacuación. Además, contó que los agresores prendieron fuego la ropa que estaba colgada frente a la vivienda.

  Sin embargo el momento de mayor tensión se vivió cuando un hombre abrió fuego contra una multitud palestina, hiriendo a 2 personas. El agresor presuntamente utilizó balas de goma y los heridos, un hombre de 60 y otro de 50 años fueron traslados a un hospital.

  Como consecuencia de los incidentes en Hebron, la organización Magen David Adom aumentó el nivel de la alerta en esa zona de la Ribera Occidental. En tanto, la policía detuvo en Jerusalem a 20 activistas de derecha que agredieron con piedras a un oficial, que resultó con heridas en su cabeza.