Cristina Cifuentes “la salvadora”
Javier Garcia Isac. El panorama político de este país sigue siendo de lo más entretenido. En una nación poco dada a asumir responsabilidades, el que se produzca una dimisión es en sí una noticia. Esperanza Aguirre dimitió como presidenta de los populares madrileños, como consecuencia de la multitud de casos de corrupción que asolan su organización. Cristina Cifuentes actuara ahora como “la salvadora”.
A nadie se le escapa que Cifuentes es la candidata ideal para cualquier partido. Vale lo mismo para un roto que para un descosido, vale lo mismo para liderar a socialistas que para liderar populares. Pedro Sánchez recibiendo sonoras bofetadas a manos de Pablo Iglesias. La humillación permanente a la que está siendo sometido el socialismo español, es solo comparable al que estos hicieron con los populares. El efecto dominó parece no tener limite. El cambio de cromos en forma de voluminosos documentos que nadie lee y que a nadie parece importar, nos recuerda las riñas infantiles de patio de colegio. Yo te doy 53 páginas y tú me entregas casi 100. Tú serás Presidente y yo Vicepresidente. Asistimos atónitos a un espectáculo bochornoso sin darnos cuenta que lo que está en juego es España. Ciudadanos dejándose querer y una vez que son queridos, aumentan sus exigencias. Cada vez entiendo menos este espectáculo, este circo de tres pistas lleno de malos payasos y peores actores.
Pero lo que más detesto, lo que más asco y repugnancia me produce, son todos aquellos a los que se les llena la boca de libertad, aquellos que desean controlarnos con la excusa de saber qué es lo que necesitamos. Su osadía y soberbia son tan grandes que incluso proponen, aunque ahora de forma matizada, que a la hora de seleccionar altos cargos del estado, se incluyera, además del merito y la capacidad, “el compromiso con el proyecto de cambio que deberán liderar”. Como un acto de generosidad sin límites, “potemos” ha eliminado la referencia explícita a policías, fiscales y jueces.
Esta es la gentuza, la chusma sectaria y autoritaria con la que desea gobernar el partido socialista, y estos son los individuos que rechazan toda libertad individual de las personas. Hablan de conceptos etéreos y genéricos, pero su concepto de libertad es la de controlarnos a todos los que no pensamos como ellos. Son abanderados de la libertad de expresión, pero de la suya. El resto no tenemos derecho ni de queja ni de protesta. Son extremadamente comprensivos con todo lo blasfemo, con todo lo que ataque a los cristianos, con todo lo que suponga poner en duda la unidad de España.
Y Mariano Rajoy paralizado, no sabemos cuáles son sus intenciones. Representa a más de siete millones de personas a las que tiene abandonadas, sumidas en la más absoluta orfandad. La indiferencia que parece manifestar, está causando un malestar generalizado cada vez más creciente entre sus votantes. Sigue sin ser consciente del daño que está realizando a su partido, sigue sin ser consciente del daño que está causando a España. Todo esto solo está consiguiendo el aburrimiento, el agotamiento de todos nosotros. Si la percepción hacia la clase política ya era mala, era deficiente, creo que ahora a podido alcanzar cotas inimaginables.