Redacción. En Argentina, después de la clara ofensiva que lleva planeando meses, desde enero de 2012, a la compañía petrolífera española Repsol YPF, filial de Repsol, con la retirada de varias de sus licencias de prospección y explotación, finalmente, según el diario "Clarín", el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha enviado al Congreso argentino un proyecto de ley para intervenirla. Declara de interés público hasta el 50,01% de las acciones clase D de la petrolera YPF, con lo cual asumiría el control de la empresa, quedando un 33% para Repsol y un 17% otros. Hasta ahora un 57,43% pertenecen a Repsol, un 25,46% al Grupo Petersen y el resto cotiza en Bolsa, un 17,11%. Y, el valor de compra, lo establecería la Auditoría general de la Nación.
Parece que han sido fallidos, en principio, los intentos del Presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, por llegar a un acuerdo con Hernán Lorenzino, Ministro de Economía y con Julio de Vido, Ministro de Planificación Federal, para superar las diferencias entre el Gobierno argentino y la filial petrolera YPF.
Para el gobierno de Kirchner, esta medida se justifica por el bien del interés público de la producción petrolera de la compañía. Sin embargo, es la única multinacional que opera en Argentina que pasa por el trance de un intento de expropiación.
Nuestro Ministro de Industria, José Manuel Soria, en la misma mañana del jueves, antes de que saltara en España la noticia, ya advertía desde Varsovia y con una gran contundencia que “El Gobierno de España defenderá los intereses de todas las empresas españolas, dentro y fuera. Si en alguna parte del mundo hay gestos de hostilidad contra esos intereses, el Gobierno los interpreta como gestos de hostilidad hacia España y hacia el Gobierno español”. Y añade, “Los gestos de hostilidad traen consecuencias”
Los hechos ocurridos en Argentina podrían desatar, según los expertos consultados, una serie de protestas y de reclamos por los accionistas. La nacionalización de YPF tendría inevitables consecuencias debido a que cotiza en bolsas internacionales, como la de Nueva York, en la que las acciones de YPF se disparaban el 12,98% ante la expectativa de que el Gobierno de Argentina confirme las medidas de intervención de la compañía.
Seguramente, ha influido mucho en el proceso las dificultades económicas por las que está pasando, en estos momentos, Argentina. En algunas partes de América Latina, no existe un gran respeto por las reglas del juego internacional.