Redacción. Finalmente, Cristina Fernández ha anunciado en la televisión nacional de su país que ha enviado al Congreso un proyecto de ley para "salvaguardar la soberanía hidrocarburífera de Argentina".
Así, el Gobierno va camino de expropiar el 51% de las acciones de YPF (26,01% del total), propiedad del grupo argentino Eskenazi y de la empresa española Repsol, para ir a manos del Estado nacional argentino. El restante 49% de las acciones (24,99% del total) pasará a ser de las provincias con producción hotelera, que integran la OFHEPI, esto es, la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos.
Por otra parte, será el Tribunal de Tasación argentino quien marca el precio de las acciones, tal como informamos en su momento.
La expropiación o “iniciativa” de Cristina Fernández se denomina “Soberanía hidrocarburífera de la República Argentina”. Su principal finalidad es un autoabastecimiento de hidrocarburos. Por ello, en los fundamentos del proyecto de ley se declara “de interés público nacional” a los hidrocarburos que estén en territorio argentino.
Además habrá un cambio en las personas que ostentaban la dirección de la petrolera. Esto ya es una realidad, dado que poco tiempo después del anuncio de expropiación, Roberto Baratta, consejero del Estado argentino en YPF, ordenó la expulsión de todos los directivos españoles de la compañía. Así, todo el personal español queda fuera de YPF en Buenos Aires. Para realizar los trámites necesarios, estarán Julio de Vido, ministro de Planificación, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof.
El siguiente paso consiste en la aprobación del proyecto, para lo cual se necesita el consenso del Senado.
Para justificarse, el Gobierno argentino se acoge a que la petrolera no ha hecho caso a las constantes peticiones de realizar las inversiones necesarias, El colmo es la alusión de Cristina Fernández al accidente del Rey de España para explicarlo "la curva de desinversión de YPF Repsol se parece a la trompa del elefante".
Para Cristina Fernández de Kirchner, Argentina "es el único país latinoamericano que no maneja sus recursos naturales". Para apoyar sus argumentos, muestra varias estadísticas sobre la evolución de YPF desde 1999, cuando se produjo el ingreso de Repsol como principal accionista de la compañía, hasta el año 2.011., para demostrar que esa desnacionalización de YPF convirtió al país argentino en importadores netos de gas y crudo, con un déficit de 3.029 millones de dólares" en la balanza del comercio de combustibles.
Ahora cabría preguntarse por el destino de las principales empresas españolas en Argentina, como Gas Natural Fenosa y Endesa, el Banco Santander, BBVA y Mapfre, Telefónica, grupos constructores, como ACS y OHL, las cadenas hoteleras NH y Sol Meliá, e Inditex.