Cuando el laicismo se radicaliza se convierte en totalitarismo
Xus D Madrid. A propósito de las observaciones y objeciones de la Iglesia sobre la ley del aborto libre, el catedrático y ex presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces-Barba, conocido por su animadversión hacia la Iglesia Católica, dijo que la Iglesia en España "se mete donde no la llaman" e indicó que esta institución debe “aprender a encontrar su sitio en la sociedad”. Y es que a pesar de sus estudios sobre Jacques Maritain, de la misión de esta entidad no parece haberse enterado de nada.
En este contexto y en un alarde de desconocimiento de la doctrina cristiana y de la propia historia de la Iglesia, Peces Barba indicó que la Iglesia Católica mostró "su resistencia" a los Derechos Humanos hasta 1941, pese a que "ahora diga que los ha creado ella" y consideró que esta institución debe aprender a encontrar su sitio en la sociedad y "no meterse donde no le llaman", en relación a sus opiniones sobre determinadas decisiones o proyectos del Gobierno, en alusión, obviamente, a la ley del aborto libre...
Llamativamente, nadie de los presentes le preguntó a este propósito al profesor Peces Barba, si él asume la declaración universal de los Derechos Humanos, el primero de los cuales es la defensa de la vida. Tampoco se le ha preguntado todavía al veterano profesor si sabe cuándo empieza la vida humana y si está de acuerdo con a la ley que convierte el aborto en un derecho de la mujer antes que el derecho a vivir de un hijo. Sería muy interesante a este respecto que el señor Peces Barba se preparase una conferencia sobre “El derecho a vivir y el derecho a matar en una sociedad laicista donde la Iglesia como institución y los católicos como ciudadanos no tienen nada que decir”... Y es que, una vez más, demuestra que cuando el laicismo se radicaliza se convierte en totalitarismo. “Nadie tienen derecho a decir no a un gobierno laicista”.