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Cuatro activistas detenidos por desplegar pancartas a favor del Tíbet

Redacción Madrid. 6 de agosto.

Multitud de ciudadanos con banderas de China acogieron hoy la llegada de la antorcha olímpica a Pekín en los últimos pasos de una gira de relevos marcada por muchas muestras de patriotismo, mientras cuatro activistas colocaron varias pancartas cerca del Estado Nacional de China pidiendo la libertad de Tíbet.

   La llama para los Juegos Olímpicos inició su último viaje desde el Palacio Imperial -también conocido como la Ciudad Prohibida-, antiguo centro de poder de los emperadores de China. La gente acompañó la partida de la antorcha desde ese lugar histórico al grito de "¡Arriba los Juegos Olímpicos, arriba China!".

   Los allí presentes portaba blancas pancartas olímpicas y banderas nacionales rojas, reflejando así el patriotismo que ha acompañado a la antorcha desde que comenzó su gira hace 130 días. En ese momento, cuatro activistas extranjeros, dos británicos y dos estadounidenses colocaron varias pancartas con el lema "Tibet será libre" cerca del Estadio Nacional de China, también conocido como "Nido de Pájaro", donde llegará el próximo viernes la llama olímpica para la ceremonia de inauguración de los Juegos.

   Los manifestantes desplegaron pancartas con inscripciones tales como "Un mundo, un sueño: Libertad para Tíbet" y "Tíbet será libre", señaló en un comunicado enviado por correo electrónico la agrupación Students for a Free Tibet. Uno de los carteles rezaba "Libertad para Tíbet" en chino. Los cuatro arrestados, tres hombres y una mujer, treparon a postes de electricidad para desplegar las pancartas, precisó la agencia estatal china de noticias Xinhua.

   CAMPAÑA DE REPRESIÓN

   Tenzin Dorjee, vicedirector del grupo Students for a Free Tibet, dijo que la protesta tenía la intención de subrayar los reclamos sobre Tíbet pocos días antes de que comience el gran evento internacional.

   "Mientras el Gobierno chino prepara su exhibición de grandeza y poder en Pekín (...) dentro de Tíbet lleva a cabo una despiadada campaña de represión", sostiene el comunicado de esa agrupación. Finalmente la Policía acudió rápidamente al lugar, detuvo a los manifestantes y retiró los carteles.

   "SENSACION EMOCIONANTE"

   "No se trata sólo del deporte, sino también de la imagen de China", sostuvo Xi Li, uno de los miles de personas que esperaban cerca de la entrada de la Ciudad Prohibida la llegada de la llama olímpica. "Hemos esperado mucho tiempo para que empiecen las Olimpiadas", afirmó Zhang Haiping, un ex oficinista que acudió al lugar para ver pasar la antorcha. "Me siento orgulloso. Sólo espero que nada salga mal", agregó.

  Miles de personas no preseleccionadas para ver el relevo se quedaron por los alrededores con la esperanza de acercarse a la llama tanto como fuera posible, pero muchos debieron conformarse con escuchar el rugido de las multitudes.

   Liu Shanhua, un comerciante de 32 años, se despertó al amanecer para observar el espectáculo. "Igualmente valió la pena", aseguró Liu. "Aunque realmente me hubiera gustado poder verlo con mis propios ojos; habría sido una sensación emocionante", agregó. Decenas de miles de soldados, efectivos policiales y guardias de seguridad vestidos de civil apostados en las calles de Pekín evidenciaron la preocupación del Gobierno por garantizar la seguridad del evento.

TRADICICÓN

  Como lo marca la tradición iniciada en los Juegos de Berlín en 1936, la llama se enciende con los rayos del sol en la antigua Olimpia, Grecia, y luego es transportada por el mundo por miles de corredores.

   Esta vez, la gira fue acompañada por protestas en París, Londres y otras ciudades a raíz de la política de China en Tíbet. Las manifestaciones provocaron la ofensa de muchos ciudadanos chinos, que consideran las Olimpiadas como un momento para ensalzar el orgullo nacional.

   Las autoridades advirtieron a los residentes de Pekín acerca de las fuertes medidas de seguridad que se implementarían para evitar más problemas -y publicidad negativa- en la última estación de la gira, previo a la inauguración del 8 de agosto.

   Mendigos y vendedores ambulantes, que habitualmente se reúnen en las esquinas, fueron expulsados hace meses. Entretanto, las autoridades de seguridad también han puesto a disidentes y potenciales manifestantes bajo arresto domiciliario.

Etiquetas:china