Cuba sigue bajo la tiranía
Miguel Massanet Bosch
Será por un natural instinto de rebeldía contra lo que, la generalidad de la información escrita, visual y oral se empeña en poner en las primeras páginas de sus ediciones, en los Telediarios y en las tertulias radiofónicas o, si me apuran, será en contra de lo que resulta tan evidente, tan maniqueo y tan manipulado hacia un determinado objetivo, como es el caso de esta “declaración” de ETA, en el que anuncia un alto al fuego, en un momento en el que sus estructuras están mermadas, sus componentes diezmados por la actividad de la policía y sus cuadros de mando privados de sus directivos más carismáticos, más bregados en el “trabajo sucio” y mejor preparados, desde el aspecto ideológico, de los efectivos etarras. Siguen inalterables sus reivindicaciones independentistas y, latentes hasta mejor ocasión (cuando hayan conseguido rearmarse y organizarse de nuevo); cuando las circunstancias les sean favorables para reemprender su lucha armada. Cuando se está con el agua al cuello uno se agarra a un salvavidas aunque el color del artilugio no sea su preferido. Es por ello que prefiero no insistir en el tema del comunicado de la banda terrorista y lo que dejo a personas más preparadas en el análisis del terrorismo en España; a cambio, voy a volver la mirada, entre confusa y maravillada, hacia este reciente viaje de las señoras Leire Pajín y Valenciano a la república “amiga” de Cuba, el refugio de la revolución cubana y, como no, donde ejercen su dominio absoluto y tiránico los hermanos Castro.
Ya sabemos que el señor Moratinos, –este ministro de Asuntos Exteriores que no ha tenido parangón con ninguno de sus antecesores en el cargo, no sólo en lo que respecta a su preparación para el oficio de la diplomacia, sino en cuanto a su especial sectarismo de izquierdas y a su, más que evidente, tendencia a hacer buenas migas con los regímenes menos de fiar que, hoy en día, para desgracia de la humanidad, se pueden encontrar en los cinco continentes – es un gran defensor de la Cuba de los señores Castro; también conocemos sus esfuerzos para hacer que, en la UE, se olviden de los crímenes del castrismo, se obvien las torturas que se practican en sus cárceles y se ignore el clamor popular de una gran parte de los cubanos; protestando contra la tiranía y demandando las libertades que les fueron arrebatadas por el régimen inquisitorial de los Castro; para volver a lo que es una verdadera democracia, con la posibilidad de elegir libremente a sus dirigentes por medio de elecciones sin manipulaciones y celebradas con luz y taquígrafos, bajo la vigilancia de representaciones internacionales que garanticen la limpieza y legitimidad del proceso. Y, antes de proseguir, un inciso si me lo permiten: ¿verdad que se han preguntado ustedes de dónde se habría sacado el modelo de este monstruoso niño, este muñeco diabólico de mirada aviesa, que ha sido entronizado, a modo de la gigantesca figura de un Buda, en nuestro pabellón de la expo de Shangai? Pues creo que he dado con la clave. ¿No les parece ver, en aquella cara redonda, de ojos achinados y medio entornados, una reproducción a escala del rostro del señor Moratinos? Es posible que este personaje, que se ocupa de nuestra política internacional, haya llegado a pensar que, la reproducción aniñada de su efigie, sería un elemento determinante en el éxito de nuestro pabellón.
Y es que, nuestra política respecto al régimen cubano no puede apoyarse, como muchos argumentan, en la defensa de las empresas y bienes españoles ubicados en aquella isla, así como, tampoco, en las millonarias inversiones que varias multinacionales españolas
–arrastradas por sus ansias, legítimas por otra parte, de aumentar sus beneficios económicos – han hecho en naciones como Venezuela o Bolivia; desentendiéndose de la situación real de aquellos países y obviando las voces de los que denuncian las arbitrariedades, ataques a las libertades e intromisión del Estado en las vidas y los bienes de sus ciudadanos. Existen dos razones fundamentales para ello, la primera la preferencia que toda democracia debe dar a la defensa de los derechos humanos y las libertades individuales, por encima de los simples intereses materiales; cuando se puede constatar fehacientemente que, en dichos países, los derechos humanos son violados continuamente y sin disimulo alguno, aplicándose políticas incautatorias por medio de las cuales se despoja a los ciudadanos, que no comulgan con las políticas gubernamentales, no sólo en lo que hace referencia a la propiedad privada, sino también se les priva de sus libertades, entre las cuales hay la de libre expresión y manifestación de sus ideas políticas. La segunda razón es que, en ningún caso, se puede hacer rehén al pueblo español de lo que, la libertad de comercio, les concede a las empresas españolas, por la que son muy dueñas de establecerse en el país que quieran; hacer inversiones donde les plazca y comprar o vender lo que consideren que les interesa para intentar mejorar sus resultados; sin que ello presuponga que, la otra cara de la moneda, el riesgo que voluntariamente asumen al invertir en naciones que, posiblemente, ofrecen grandes posibilidades de desarrollo pero que carecen de la estabilidad política requerida para confiar en ellas; cuando están dirigidas por peligrosos personajes de cuya ética, solvencia personal, inestabilidad mental y sectarismo ideológico es peligroso fiarse.
Sin embargo, vean ustedes como, el Gobierno del señor ZP, no ha tenido inconveniente alguno en apoyar al régimen cubano; huronear para que, la UE, mire hacia otro lado en lo referente al sistema tiránico, corrupto y policial ( tipo GPU) imperante en Cuba y pedir que se le levanten las sanciones al régimen castrista, argumentando que Fidel y Raúl han abierto la mano y han “desterrado” a algunos presos políticos, gracias a la intervención de la Iglesia Católica que, y permítanme que hable con claridad, es posible que de buena fe, haya creído que, en España, aquellos opositores al régimen comunista liberados, iban a encontrar el espacio, la libertad, el apoyo y la comprensión del Estado español, que les permitiese denunciar, ante la opinión pública, la verdadera situación de los cubanos, la miseria que azota a la isla y la falta de garantías individuales que se demuestra en la cantidad de disidentes encarcelados por sus opiniones políticas y por denunciar lo que se esconde, debajo de la piel de cordero del régimen, en las mazmorras de las cárceles cubanas. La realidad que oculta el señor Moratinos al resto de Europa es que, los deportados, que no gozan del régimen de “refugiados políticos” en España, han sido confinados en guetos, se ha pretendido separarlos y destinarlos a distintas localidades de la Península como si, en lugar de ser personas que han sido vejadas, torturadas y privados de sus derechos civiles por un régimen dictatorial fueran reos de galeras por haber sido condenados por actividades criminales.
Por si faltaran brasas al fuego, las socialistas Pajín y Valenciano se desplazan a Cuba, al día siguiente ya afirman, con rotundidad, que todo ha cambiado para bien en la isla y que es absurdo que, la UE, mantenga las sanciones contra el régimen cubano. Una rápida percepción de los cambios, si no nos hubiéramos enterado de que no han querido visitar a los opositores y que, sí lo han hecho, con los hermanos Castro. ¡Vaya, que han tenido información de primera mano… por parte de los dirigentes del régimen, que las han “convencido”, sin que lo hayan comprobado personalmente de que, en aquellas latitudes, los cubanos están viviendo en algo así como un paraíso terrenal! Una burda, vergonzosa, impresentable y chapucera representación, para hacernos creer, como dice la Pajín que: “Cuba vive un momento importante de transformaciones”. Lo que sucede es que, a estas alturas, ya no quedan incautos capaces de tragarse semejantes pamemas.