Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Han pasado ya 10 años desde que empecé a colaborar con la Archidiócesis de Valencia en su actividad pastoral y evangelizadora en diferentes áreas, Comisiones, Fundaciones e Instituciones algunas de ellas de Derecho Canónico Diocesano o Pontificio y otras no.
Algunos de mis amigos, compañeros de entonces y también algunos lectores del Diario YA, me han sugerido la idea de escribir algo al respecto, aprovechando esta fecha, algo que se pueda contar por supuesto, una visión global de la Acción Pastoral de la Iglesia; ahora que ya no formo parte, desde el punto de vista Canónico, de la Curia Diocesana Valentina.
Todo se inició, aproximadamente 6 meses antes del V EMF del año 2005 en Valencia en el que estaba previsto, de forma oficial pues aún vivía, la venida del Papa Juan Pablo II, un Papa que me ha marcado muy especialmente en lo que tiene que ver con la acción pastoral y evangelizadora del sucesor de los Apóstoles, y con el proceder de la Iglesia en los asuntos de la tierra y con las autoridades temporales, hasta la Vuelta de Cristo, Cabeza y Esposo.
Finalmente este siervo de Cristo se durmió en la muerte y está a la espera, igual que muchos, de la resurrección de los muertos, y vino a Valencia su sustituto, el gran teólogo durante décadas, profundo conocedor y promotor de la importancia de la Sagrada Escritura, y que me formó interiormente, el Papa Benedicto XVI, quien había sido el cuidador y protector de la seria doctrina y acción pastoral del anterior, tanto en su responsabilidad en la Doctrina de la Fe como en otras Comisiones y en importantes centros de pensamiento universitario o no.
Ambos Papas se complementaban perfectamente y esto se apreciaba en la acción pastoral durante todo el periodo, sólido y basado en los principios de la defensa de la Libertad, sin la cual no podemos ser hijos de Dios, y en la Verdad, sin la cual no se puede amar, ni ser justos, ni hacer el bien, de Juan Pablo II.
La profunda teología de las Cartas Pastorales de Juan Pablo II es la del pensamiento de Benedicto XVI, como se aprecia en las Cartas Pastorales de su Pontificado.
Este hecho es extrapolable a la Archidiócesis de Valencia que durante el periodo de D. Agustín García-Gasco, que coincidió con ambos Papas, uno le ordenó sacerdote y Obispo y el otro le creó Cardenal, se caracterizó por una sólida y estable Acción Pastoral basada en el Magisterio Pontificio, en la Universalidad de la Iglesia y en evitar localismos empobrecedores y mediocres.
En lo que toca a la acción pastoral de su sucesor, el conocido como el Francisco español o el Peregrino, y del sucesor del Papa Benedicto XVI, me limitaré a citar algunas frases suyas:
" Promovamos la Civilización del Amor y la Cultura del Encuentro ".
" Globalicemos nuestro Corazón ".
" Quién soy yo para juzgar a un gay o a un transexual ".
" Para ser buen católicos no es necesario tener hijos como conejos ".
" Lo importante es tener buena intención ".
" Seamos pastores con olor a oveja ".
" Yo no estoy para echar a nadie del Templo ".
" Acojamos a todos, seamos receptores de todos en el amor ".
" La misericordia todo lo tapa y lo acoge "
" El hombre es el centro de la Pastoral " ...
Así, espero haber cumplido con mis lectores, con mis amigos y con aquellos compañeros que me han pedido contar algo sobre mi periodo más activo en el Arzobispado de Valencia y sobre mi opinión de la actual Acción Pastoral, y que todos tenemos en común el amor a la Verdad de Cristo, a su Palabra, a la milenaria Tradición de la Iglesia.
" El que tenga oídos para oír que oiga ".