De su fervor apostólico, en San Vicente Ferrer destacan los exorcismos a las comunidades cristianas
Daniel Ponce Alegre.
Pontificio Instituto Oriental.
«Para más autorizar la palabra de Dios, tenía por costumbre, acabado el sermón, a lanzar los demonios de los hombres endemoniados que le traían, para lo cual tuvo especial gracia, gratis data» (Justiniano Antist, O.P., Vida de S. Vicente Ferrer ).
El fraile dominico Vicente Ferrer, falleció el mes de abril del año 1419 ( dentro de un año se cumplirá el 600º Aniversario de su muerte, y desde el pasado día 9, día de su Onomástica, se dio inicio el Año Jubilar Vicentino en las diócesis de Valencia, donde nació, y en la de Vannes, donde murió y está enterrado ). Fue uno de los más grandes predicadores, propagandistas del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y apologetas ( palabras denostadas en la actualidad ) de la Historia de la Iglesia.
De toda su labor apostólica, más que los grandes prodigios o milagros, destaca un hecho ( y con él quería iniciar esta serie de artículos que se van a extender, Dios mediante, durante todo este Año Jubilar ):
Realizó innumerables exorcismos tanto a particulares como, de manera especial, a grupos de poseídos o colectivos de endemoniados como tales.
Mi admirado profesor, Catedrático de Semiología y Filosofía de la Pontificia Universidad Gregoriana y sacerdote, Sante Babolín, que se ha dedicado durante ya más de una década a realizar exorcismos en la Diócesis de Padua y a escribir ensayos al respecto, así como a impartir conferencias, afirmaba muy a menudo lo siguiente ( y en esta afirmación también concuerdan los respetados exorcistas Fortea y Amorth ):
" El Maligno no sólo seduce a individuos, también lo hace con pueblos de marcado carácter nacionalista y culturas etnocéntricas, en las que la tierra y la comunidad se convierten en una deidad y en un culto pagano".
El profesor Babolín, que dirige la Cátedra de Filosofía de la Cultura en la Pontificia Universidad Gregoriana, afirma que en su empeño de dominar a las comunidades cristianas e iglesias ( en este sentido son especialmente débiles las iglesias nacionales ), el Maligno, Satanás, " no descansa, está siempre activo y tienta con el dinero, el éxito y el prestigio, las comodidades corporales y la apariencia de paz, tranquilidad e independencia ".
El Diablo es hoy más fuerte que nunca antes, sabe que estamos en los últimos tiempos antes del Regreso de nuestro Señor Jesucristo, que las comunidades cristianas, en oriente y occidente, están siendo atacadas sin tregua y desde muchos frentes, en especial el orgullo nacionalista y el ansia de libertad o independencia que es algo inherente al ser humano; y es una debilidad especial de las comunidades de refugiados o extranjeras, que han sido ideologizadas y sectarizadas: un rasgo típico del Diablo: dividir y odiar el amor desinteresado basado en Jesucristo y no dirigido a él cuya soberbia le lleva a querer ser el Cristo.
En el próximo artículo, Dios mediante, profundizaremos más en este aspecto y veremos hasta dónde le llevó a San Vicente Ferrer su fervor apostólico: Galitzia, lo que ahora es Ucrania, un hecho muy destacable por lo que hemos tratado en este artículo.v