Javier garcía Isac. Pensaba que después de tener la ciudad de Madrid a Tierno Galván como alcalde, lo había visto todo. Me volví a equivocar.
Tierno Galván fue un mal alcalde, un mal ejemplo y un pésimo gestor. Las cuestiones ideológicas y sectarias estaban muy por encima de cubrir las necesidades de los ciudadanos.
Siempre he comentado que para ser alcalde de Barcelona, se exigían dos requisitos: ser extremadamente tonto y un poco inútil.
Estos requisitos parecen haberse extendido también a la ciudad de Madrid. ¡Qué lejos quedan los tiempos del gran Jose Maria Alvarez del Manzano y que política tan errática la del Partido Popular!, sustituyéndole por otros candidatos a cada cual peor.
El Partido Popular en Madrid esta opositando con fuerza, con ganas para perder la alcaldía. Parece que llevan buscándolo mucho tiempo, y a buen seguro que esa búsqueda dará pronto sus frutos. En caso contrario, no se explicaría como Ana Botella sigue siendo la actual alcaldesa.
Su gestión es pésima, desastrosa y la imagen que transmite de la ciudad, no puede ser más patética.
Hemos convertido Madrid en una ciudad antipática, desagradable. Bonita estéticamente (eso lo ha sido siempre), pero incomoda y aburrida. Su afán recaudatorio y confiscatorio, parece inundarlo todo. Solo interesa sacar dinero, el resto es secundario.
Si uno paga, si uno es cumplidor, está perdido. La administracion hace presa hasta esquilmarlo, hasta dejarle seco. Municipales escondidos con el único propósito de multarte, no protegerte o avisarte de un peligro pues eso no da comisión, no da dinero, sin embargo, la multa si y si es de tráfico, mucho mejor. Abrir un negocio se ha convertido en una carrera de obstáculos, en una carrera imposible. Primero una licencia, luego otra y más tarde, la de más allá y, cuando piensas que por fin se acabo tu calvario, volviste a equivocarte: otro organismo recaudador, otra alimaña urbana, otro buitre sin escrúpulos, te sacara las entrañas. Maldecirás el día que decidiste hacerte empresario o si eres de los cursis, maldecirás el día que decidiste hacerte emprendedor.
Solo las Delegaciones de Hacienda están perfectamente coordinadas. Les interesa. El resto es un puto desastre.
El último despropósito del Ayuntamiento de Madrid son los nuevos parquímetros. Alguien debería explicarnos cuál es su finalidad, mas allá de la de complicarnos la vida un poco mas si cabe. ¿Qué se ha hecho con los antiguos?, ¿Quién se lleva las comisiones de retirada de los viejos y de instalación de los nuevos? ¿Cuál ha sido el gasto total? Son parquímetros injustos e insolidarios. Resulta que premian a los que tienen coches nuevos, que paradójicamente, los visten como los que menos contaminan. Me parece un recurso muy vil esconderse tras un falso ecologismo para perjudicar al que menos tiene; para perjudicar a aquellos que por razones económicas no han podido cambiar de coche.
Por un lado, quieren que cambiemos de vehículo, pero por otro, solo se favorece a las empresas de parking que casualmente, la mayoría de ellas pertenecen a los mismos dueños. Bueno sería investigar esta cuestión. Se llena Madrid de bicicletas, cosa que esta genial pero ¿qué coño le digo a mi madre?, ¿qué no puedo recogerla o llevarla al médico y que se coja una de esas bicis tan simpáticas?
El madrileño tiene fama de aguantarlo todo, de soportar lo insoportable: acampadas ilegales de cientos de personas en pleno centro; semanas y barrios tomados por colectivos sexuales, todo pagado, permitido y consentido por el ayuntamiento; miles de manifestaciones sin ningún tipo de orden y concierto; de pagar hasta por respirar…
El ciudadano ya no importa. Solo importa, su capacidad de pago.
Javier Garcia Isac
Una Hora en Libertad