Del Bosque está harto
Miguel Ángel Guijarro. 12 de septiembre.
Dos partidos, seis puntos y a otra cosa. Esa es la lectura que se debe extraer de los dos partidos de clasificación disputados por España estos últimos días. Había que empezar con buen pie y se empezó y ahora a pensar en otra cosa hasta que tengamos que visitar tierras de Estonia y Bélgica el próximo mes de octubre. Lo importante es que España se siente superior y aunque nos hayamos visto las caras con dos rivales de escasa entidad, la superioridad del estilo de juego que ofrece nuestro combinado, demuestra que la base sigue sólida. Sabemos a lo que jugamos y no debe preocuparnos que el gol llegue antes o después porque llegará. Somos el rival a batir. Somos el equipo ante el que todo el mundo quiere lucirse. Eso es un problema y a la vez una ventaja ya que nos obliga a no bajar la guardia en ningún momento. Aquí no se permitirán relajaciones, no se consentirán salidas de tono y si alguien se mueve, no saldrá en la foto.
Vicente Del Bosque está harto de su imagen de hombre conciliador y bonachón. Reivindica su figura como técnico y no duda en responder ante los que le encasillan en un estrato de técnicos que parece que están ahí para dirigir el tráfico pero que no tienen que ver nada ni con las normas de circulación ni con la pericia de los pilotos. Del Bosque quiere dejar claro que está ahí no por parecer el padre de todos los futbolistas, si no por su calidad como entrenador de fútbol. En estos dos primero partidos hemos visto a un Del Bosque diferente, no admitiendo que un periodista insinúe que Silva se borró ni permitiendo que Cesç Fabregas enturbiara el buen ambiente por estar enfadado por un cambio. España jugará al toque toque pero lo que parece claro es que la gente ya ha percibido que con el salmantino no se juega. Del Bosque toma galones. Hierro también. Confiemos en que eso no sea un problema dentro de la Casa del fútbol.
Lo que no puede pasar es que el equipo nacional juegue en patatales. Si queremos ganar jugando bien no podemos arriesgar en campos donde es difícil mantener el equilibrio. Murcia se entregó a los nuestros. Devoción absoluta. Pero los favores devueltos nos podían haber costado una lesión que hubiera dejado en evidencia a los federativos, (¿será por federativos?). Seamos serios en todo esto y cuidemos estos detalles. Quedará muy bien la imagen de la Nueva Condomina en la tele pero la pintura verde con la que se maquillaron las zonas maltrechas del campo, es una chapuza a la que alguien debería poner freno. Si somos muy buenos tocando el balón, démosles un tapete y no un erial. No nos quedemos solo con la pasión de las gradas. Por cierto, no tenemos letra, pero bueno sería que al menos, la gente se aprendiera la música del Himno Nacional.