Del leal servicio municipal a España
Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Delegado en Levante de Diplomacia S.XXI. Tras haber tratado, en mis dos anteriores artículos relativos a las próximas Elecciones Autonómicas y Municipales 2015, de la carga y fuente de todo tipo de podredumbre y corruptelas sociales y personales que suponen las Autonomías, voy ha abordar en este tercer y último artículo la aportación de los Municipios a lo largo de la historia democrática de España.
Por supuesto, sería injusto y no acorde con la realidad no decir que estas instituciones administrativas y políticas, al igual que lo están las Autonomías, están también sujetas a la posibilidad de la corrupción institucional y personal, a la falta de virtud del político y al delito craso y repugnante que ofende a Dios y a los hombres.
La diferencia estriba en que el poder que ellas tienen es sustancialmente menor, claramente limitado y delimitado con respecto al Estado, y sujetas a la observación cercana y directa de los ciudadanos del municipio al que representan.
Por supuesto, estas características son mejorables y se puede profundizar aún más en ellas con el fin de no tener que aguantar durante años de forma penosa y que apesta casos de corrupción o delitos flagrantes, ni casos de deslealtad institucional o clara desobediencia como determinados ayuntamientos en la Comunidad Autónoma de Cataluña o en las provincias vascas.
En dichos casos el Gobierno de España, a veces por falta de convicción política o cobardía, y en otras por atadura de manos legislativa, se ve enfrentado a situaciones en las que tiene que lidiar con ayuntamientos por que no los suspende y nombra una comisión permanente hasta la convocatoria de nuevas elecciones, la cesión de la administración de los servicios de ese municipio a otro municipio o la reabsorción estatal definitiva de las competencias municipales.
Por supuesto, todo este problema se vería notablemente disminuido y atenuado si los municipios en España no fueran más de 8100 y quedaran reducidos a un máximo de 2000, como ha sido el caso que se ha producido en Italia y Francia, donde no sólo se han reducido los municipios en 2/3 sino también el número de Prefecturas o Provincias que son el equivalente de las autonomías en España.
Un ejemplo sobresaliente y probado por los años de dedicación pública municipal es el caso del Ayuntamiento de Valencia y de su Alcaldesa Rita Barberá.
Una servidora pública que ha transformado totalmente la ciudad de Valencia dirigiéndola hacia el mar como se debe hacer con la ciudades marítimas e internacionalizándola no sólo hacia toda Europa, incluyendo por supuesto Rusia, sino hacia las ciudades importantes, en lo comercial y cultural, del mediterráneo como por ejemplo Israel, Roma, Malta, Mallorca, etc o también con EE. UU. y China.
Todo esto sólo se puede entender teniendo claro que dicha alcaldesa piensa en global con un enfoque local, el de la ciudad de Valencia.
En lo que toca a lo moral no ha sido promotora ni amparadora de política social de promoción de manifestaciones gays, de uniones homosexuales, de adopciones por dichas personas, etc; sí que en cambio se le puede achacar que la fiesta de las fallas se le ha ido de las manos en cuanto a suciedad, alcohol, contaminación de todo tipo y drogas al más puro estilo bacanal romana.
Ahora bien, a pesar de esto y de que como todo político comete errores, cuando ha tenido que apartar del servicio público y apartarse de él, como ha sido el caso de su Vicealcalde y también amigo Alfonso Grau, lo ha hecho por la limpieza de la corporación municipal y por un bien mayor, el gobierno de un ayuntamiento como el de Valencia gestionado de forma seria y honrada, y con visión a largo plazo... hasta que Dios ponga fin.
Respecto a esta última persona que fue apartada del Ayuntamiento de Valencia por su posible condena por actividades delictivas, Alfonso Grau, me es muy triste decir que ha pasado ha ocupar un puesto de trabajo muy bien remunerado, lo que lo hace aún más inmoral, " ¡¡como gerente!! " de la Universidad Católica de Valencia, al igual que también lo ha sido contratado Francisco Camps, ex Presidente de la Comunidad Valencia que tuvo que dejar el puesto por aceptar regalos de " el Bigotes ", miembro de la trama Gürtel en Valencia, y que también ahora está pendiente de un asunto sobre la Fórmula 1 en Valencia; en el caso de Camps está dando clases sobre ¡¡atención!!: liderazgo político y ética en el servidor público, y dirigiendo seminarios en dicha " universidad ".
De este penoso asunto hablaré en profundidad pues conozco la UCV, Dios mediante, en mi próximo artículo.