Fidel García Martínez (Asturias)
Durante la etapa del confinamiento preventivo se han tomado algunas medidas realmente sectarias y claramente anticatólicas. Nadie puede poner en duda como desde el Arzobispado de Asturias se ha colaborado con entera disposición para guardar y hacer guardar todas las disposiciones que la Autoridad Sanitaria ha ordenado para prevenir todos los riesgos de contaminación. Las iglesias han permanecido clausuradas a cal y canto. En algunos lugares los representantes políticos han actuado con severidad y rigor totalmente desproporcionados. El caso de un alcalde de Extremadura, que se vio multado por la delegación del Gobierno por dejar a la puerta de sus vecinos un ramo el día Domingo de Ramos con todas las medidas sanitarias bien conservadas, sin contacto físico alguno. El Caso en Valencia del ataque y la denuncia de un concejal contra el Arzobispo Cañizares porque desde dentro de la Iglesia había dada la bendición a un grupo de fieles respetuosos y sin ninguna posibilidad de comunicarse. Se han clausurado, iglesias y catedrales por parte de la policía si ninguna explicación y sin atender a ningún diálogo. Se puede afirmar con total objetividad que las iglesias católicas han sido y son los lugares más seguros para no contraer ningún contagio: personas de toda edad, sexo y condición se unen para dar culto Dios sin olvidar ninguna medida importante: gel de manos a la entrada, separación justa de las personas con los metros obligatorias, mascarillas perfectamente adecuadas y colocadas. Hasta tal punto se ha llegado excluir incluso actos como el signo de la paz, la recepción de la Sagrada solo en la mano. Comunión evitando todo contacto físico. Cualquier persona que haya entrado en una Iglesia Católica habrá salido maravillada del orden, limpieza y seriedad con las que todos los párrocos han educados a todos los fieles.
Un caso singular de la actuación incompetente contra la Iglesia Católica ha sido la de la delegada del Gobierno en Asturias, la Sra. Delia Losa, quien ha demostrado con sus opiniones una actitud sectaria e intolerante con motivo de la tradicional procesión el día de San Juan el precioso pueblo asturiano Soto del Barco, comparar una procesión católica con un encuentro de fútbol de la máxima rivalidad asturiana entre el Real Oviedo y el Real Sporting de Gijón supera todo lo imaginable por su sectarismo y/o ignorancia. Se supone que la Delgada del gobierno tendrá algún elemento de juicio para formular tan desorbitada y ridícula comparación. La procesión se celebró con todas las garantías exigidas por los responsables: Alcalde, Párroco, Policía Local, y Cofradía Local. La indignación de todo el pueblo así como la de su alcalde es perfectamente explicable porque solo una persona con mala fe o ignorante puede afirmar que una procesión religiosa debidamente solicitada, preparada con la debida antelación, cumpliendo todas las medidas de protección, fuera pero especialmente dentro del templo gracias a la actitud muy responsable del Párroco; uso mascarillas, colocación de gel hidro-alcohólico en la vía pública a disposición del público asistente, avisada oportunamente por megafonía; a lo que hay que añadir los grupos de voluntarios comprometidos e informar y aconsejar a todos los asistentes, donde todo salió a la perfección como se pudo contemplar durante la procesión de la imágenes más queridas por los parroquianos de la localidad, se puede comparar y tenga nada que ver con un encuentro de fútbol de la máxima rivalidad en Asturias , como el derby asturiano que supone un clima de alta tensión ambiental y emocional por lo que está declarada de alto riesgo por la alteración del orden público. Como muy escribe el Sr. Alcalde de Sato del Barco en La Nueva España: Las declaraciones de la Delegada del Gobierno en Asturias están hechas sin ningún tipo de rigor y desde la más absoluta de las ignorancias.