Diario Ya. Las austeras medidas económicas impuestas por los Gobiernos en España y en Grecia, han levantado una indignación popular en los dos países que encuentra como forma de expresión salir a la calle, manifestaciones que conducen a duros enfrentamientos con la policía. ¿Como se ve la situación desde fuera, desde la óptica internacional?
Las ciudades de Madrid y Atenas fueron nuevamente el miércoles escenario de las confrontaciones entre los manifestantes y la policía antidisturbios. En el caso de Grecia, y en mitad de la novena huelga general que se ha sucedido en un breve espacio de tiempo, hubo la protesta más multitudinaria hasta la fecha. Los ánimos empezaron a calentarse cuando unas 70.000 personas marcharon rumbo al Parlamento griego al grito de "No nos someteremos a la troika (de prestamistas)", y "¡UE y FMI, fuera!", en alusión a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional.La protesta, que iba dirigida principalmente contra los severos recortes exigidos por los acreedores extranjeros, alcanzó su punto más violento cuando la policía griega
lanzó gases lacrimógenos a varios manifestantes encapuchados que arrojaron bombas molotov.
En España la situación no llega a ser tan extrema, de momento, como en el país griego, aunque el primer ministro Mariano Rajoy ha tenido que poner dispositivos policiales extra para proteger en Madrid el Congreso de los Diputados, en una serie de manifestaciones continuadas que tuvieron su origen el pasado 25 de septiembre y que se han saldado con varios heridos y situaciones de violencia en las calles de la capital.
Desconfianza y mucha reserva, son las características principales que definen como se analiza en el extranjero las situaciones que se están viviendo en España y en Grecia en estos momentos. En España, ha empeorado y mucho nuestra imagen los acontecimientos vividos a raíz del reto perpetrado por Artur Mas en Cataluña y la posibilidad de una secesión, mientras la solicitud de rescate se acerca pero no llega a producirse. Desde fuera se piensa que la aparente indecisión de Rajoy pudiera deberse en parte al temor de un debilitamiento político basado en que en otros países europeos, esta acción ha llegado a minar la posición de algunos líderes que se han visto obligados a abandonar sus responsabilidades.Si bien se observa que, detrás de escena, Rajoy está reuniendo las piezas necesarias para cumplir con las estrictas condiciones que acompañarán a los fondos de rescate.
Este jueves la prensa internacional espera la presentación por parte del Presidente del Gobierno español de un ajustado presupuesto para 2013, que transmita a España el camino hacia la reducción del déficit pese a la recesión y el 25 por ciento de desempleo que padece el país.Un déficit público del 6,3 por ciento del producto interno bruto este año en una economía que durante el tercer trimestre sigue contrayéndose.
Por otra parte, este viernes, Moody's publicará su última revisión de la calificación crediticia de España, esperándose un duro descenso para el estado de deuda de la nación.Ese mismo día, una auditoría independiente de los bancos españoles revelará cuánto dinero necesitará Madrid del paquete de asistencia de 100.000 millones de euros (130.000 millones de dólares) que Europa ya ha aprobado para las entidades financieras.
Los medios internacionales valoran el recrudecimiento del fervor independentista que se está produciendo en España y especialmente en Cataluña por los recortes que ha realizado el Gobierno como medida de austeridad frente a los excesos cometidos por los gastos regionales.Mientras Cataluña necesita un rescate de 5.000 millones de euros para cumplir este año con pagos de deuda, los catalanes creen que acarrean una porción injustamente muy grande de la carga impositiva del país.Tras solicitar el presidente de Cataluña, Artur Mas a Mariano Rajoy una mayor autonomía impositiva, que fue inmediatamente denegada, Mas anunció primero un adelanto de las elecciones catalanas y la posibilidad de realizar un referéndum sobre la autodeterminación de la región. La respuesta del Gobierno español, declarando la inconstitucionalidad de las medidas adoptadas por Mas, sigue alarmando la mirada internacional sobre la situación de crisis política y económica mantenida en España.
Mirada internacional que es aún menos optimista si cabe con Grecia. El primer ministro griego, Antonis Samaras, ha enfrentado varias huelgas generales convocadas por los dos principales sindicatos griegos. En un país cuya economía depende en muy buena parte del turismo, se ha producido en jornadas sucesivas la situación de retención de barcos que se niegan a zarpar, museos y monumentos que se niegan a abrir y controladores aéreos que se cruzan de brazos durante tres horas.Se suspendió el servicio de trenes y vuelos, las oficinas públicas y los comercios permanecieron cerrados y los hospitales brindaron apenas un servicio reducido.
El núcleo de la protesta griega, según lo valora la prensa internacional, reside básicamente en la protesta de los sindicatos debido al recorte del gasto valorado en casi 12.000 millones de euros (unos 16.000 millones dólares) durante los próximos dos años que Grecia ha prometido a la UE y al FMI en un esfuerzo para asegurarse su próximo tramo de ayuda.
Los recortes han sido en Grecia especialmente duros en la reducción de los salarios y de las pensiones, que han llevado a casi al límite económico de supervivencia a muchos griegos.
Muy difícil situación y así lo analizan internacionalmente lo medios, la del actual Gobierno de Samaras en Grecia, que se ve obligado a instaurar unas medidas altamente impopulares que debilitan cada día más su frágil coalición política y que está en la cuerda floja de la salida de la zona euro y la bancarrota.
Mientras, los sindicatos en Grecia dicen querer permanecer en la zona euro pero cesando el pago de parte de su deuda y cambiar la austeridad actual por implantar impuestos más elevados sobre los ricos e imponer medidas y sanciones más fuertes para capturar a los grandes evasores del país.