Descubre los Diamantes de Claridad Realzada
Un diamante es para siempre pero no tiene por qué, en todos los casos costar un ojo de la cara. Comprar anillos de compromiso baratos no es una tarea tan difícil como solía serlo antes. Si lo que nos gusta son los diamantes para adquirir una alianza en un día realmente especial, una buena opción son los diamantes de claridad realzada, un producto que muchos desconocen porque no se nota la diferencia entre éstos y los puros, y que trataremos de explicar con claridad.
Los diamantes, en mínimas proporciones, no son piedras preciosas perfectas. Por lo general, y según expertos joyeros, tan sólo uno de cada 1.000 puede clasificarse como libre de defectos. Hay que tener en cuenta que los diamantes se forman, durante millones de años, en las profundidades de la tierra, hasta que su carbono se comprime y se convierten en una elemento de gran dureza. Muchos de ellos adquirirán impurezas durante su proceso de formación.
Un gran porcentaje de diamantes desarrollarán diminutos grietas o impurezas, denominadas “plumas”, que pueden afectar al brillo y luminosidad de esta piedra preciosa. Para eliminar estos pequeños defectos, vamos a averiguar qué es la claridad realzada y por qué resulta más económica.
Qué es la claridad realzada y por qué cuesta menos
Las piedras que resulten más perfectas, serán las más atractivas para el comprador, y por lo tanto, serán también las más caras. No es necesario recordar que no todas las personas que desean tener un detalle especial, se pueden gastar auténticas fortunas en comprar un anillo de compromiso con diamantes incrustados de auténtica pureza.
Por eso, los defectos de los diamantes se pueden corregir, y estas piedras preciosas recuperarán, durante este proceso, su luminosidad y su perfección. Además, nuestro bolsillo nos lo agradecerá. Por otro lado, no hay que temer a que esta piedra tenga menos valor que una pura y sin modificaciones. Al contrario, el diamante modificado seguirá siendo absolutamente auténtico, salvo que sus “plumas” han sido eliminadas. No se trata de diamantes artificiales o sintéticos, pero resultan considerablemente más baratos, puesto que han sido manipulados.
Para corregir lo que se llaman plumas o pequeñas fisuras, el joyero insertará, dentro de la piedra natural, un material especial del mismo color que la piedra que se va arreglar, y de esta manera se restaura el reflejo de la luz en el diamante, y éste carecerá entonces de defectos. La mayoría de la gente va a ser incapaz de notar la diferencia entre un diamante puro, y uno que ha sido sometido a un proceso de claridad realzada. Hay que insistir en que, en ningún caso, se trata de diamantes falsos o de material sintético. Son tan auténticos como aquéllos que no han sido sometidos a tratamiento alguno.
Los diamantes que pasan por el proceso de claridad realzada o mejorada nos ahorrarán una considerable cantidad de dinero, ya que los puros no manipulados resultan infinitamente más caros, como es natural. Obviamente, al haber sido manipulados para obtener un determinado grado de pureza y luminosidad, son más económicos. Y como decíamos antes, la diferencia entre unos y otros es absolutamente imperceptible: sólo joyeros altamente cualificados podrán detectar la diferencia entre un diamante puro y uno sometido a este tipo de reparaciones.
Además, muchos joyeros se encargan de mantener limpio y brillante el diamante que se ha adquirido, lo que hace que éste dure en perfectas condiciones toda una vida. Es más que recomendable comprar, reparar y limpiar piedras preciosas en un joyero de confianza que nos ofrezca una garantía de por vida.
La compra de piedras preciosas no deja de ser una inversión de futuro. Los diamantes de claridad realzada no van a perder el valor por el que se adquirieron en su momento. Con el paso de los años, tendrán el mismo valor.
Tipos de diamantes que podemos encontrar y cómo cuidarlos
Las formas de los diamantes que salen al mercado son múltiples: redondos, cuadrados, ovalados…todos de diferentes cortes y tamaños. Hay que tener mucho cuidado de no someter a estas piedras naturales a temperaturas excesivamente altas, tales como un soplete o algún tipo de soldadura, puesto que esto podría afectar al proceso de mejora cuando éste se adquirió.
Si en un momento determinado, el anillo necesita de reparaciones, habrá que informar al joyero de que éste fue sometido a un proceso de claridad realzada, ya que esto evitará daños en su reparación. Se trata de objetos delicados, por eso hay que seguir determinadas recomendaciones para su cuidado.
Para la limpieza de las piedras preciosas, es necesario utilizar un cepillo de cerda suave, así como un limpiador comprado en joyería, que no contenga amoníaco. Las piedras con claridad mejorada pueden también limpiarse con utensilios de limpieza al vapor. Aunque, ante la duda, es más recomendable acudir a nuestro joyero de siempre, para asegurarnos de que nuestras piedras preciosas quedan limpias y en perfectas condiciones.
En definitiva, un diamante espléndido para una ocasión importante en nuestras vidas, no tiene por qué arruinarnos económicamente, lucirá igual de brillante y espectacular, y nadie notará la diferencia.