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"Doña Francisquita” vuelve al Teatro de la Zarzuela

Luís de Haro Serrano

Seis años después de su última puesta en escena, el Teatro Nacional de la Zarzuela presenta de nuevo la interesante obra “Doña Francisquita. Las representaciones tendrán lugar desde el 12 de febrero hasta el próximo 28 de marzo.
 
La producción es una nueva revisión dramática, de Luis Olmos con coreografía de Jon Larrondo y Figurines de Mª Luisa de Angel. El maestro Miquel Ortega dirige al Coro titular del Teatro y a la Orquesta de la Comunidad de Madrid acompañado de voces tan sugestivas como José Bros, Mariola Cantarero, Nancy Fabiola Herrera, Ismael Jordi y Milagros Martin, entre otros.
 
Esta comedia lírica en tres actos, estrenada en el Apolo de Madrid el17 de octubrede 1923 se basó en la obra de Lope de Vega “La discreta enamorada”, inspirada a su vez en una narración del Decamerón. En “Doña Francisquita” la acción se retrasó doscientos años respecto a la época creada por Lope, permitiendo con ello que pudiera verse salpicada por el madrileñismo ambiental creado por Mesonero Romanos y Pérez Galdós.
 
El argumento narra las diversas peripecias del amor entre Doña Francisquita y Fernando Soler.
 
El comentarista Ignacio Jassa Haro sostiene que “Dª Francisquita” es, tanto en el aspecto musical como en el teatral, una obra clave en la historia de la zarzuela.
 
Tuvo en el tenor canario Alfredo Kraus como uno de los cantantes que más suelen asociarse con ella, desde que en 1956 hizo su presentación ante el público madrileño interpretando  el papel de Fernando Soler. Además de por las numerosas versiones discográficas realizadas a lo largo de su dilatada carrera artística.
 
 
Doña Francisquita es una señorita jovial, fresca, lista,  astuta  y con rapidísimos reflejos, que debe utilizar para conseguir el amor de Fernando, demostrando que, a pesar de cometer actos poco congruentes, tiene buen corazón. La soprano granadina Mariola Cantarero, al interpretarla por primera vez en el año 2004 en el mismo Teatro de la Zarzuela, comentó que Dª Francisquita es un personaje que le fascina y al que  le tiene mucho respeto porque, de alguna manera, se parece a ella por las artes que emplea.
 
Aurora “La Beltrana” es una mujer voluble, que le gusta llamar la atención y encontrarse siempre rodeada de hombres. Como buena mujer española va siempre directa a lo que le interesa. Camina tras el amor más por el capricho que por el cariño. Doña Francisca es un personaje algo rídículo. En definitiva, tres mujeres que luchan por el amor de un hombre con tres visiones diferentes en su forma de amar.
 
La Producción.- Luis Olmos ha concebido la presentación de esta Doña Francisquita con un montaje muy sencillo pero de gran efecto, gracias a la constante manipulación de los practicables del escenario. Bien su idea de orientar los movimientos de los intérpretes principales y la del coro para resaltar el casticismo madrileño que encierra la obra, algo reiterativos en otros pasajes donde hubo demasiado vaivén en cuerpos y manos. Las escena de la canción del marabú -ballet incluido- y las del coro de románticos, lo más atractivo. El acierto de la iluminación y la belleza del vestuario contribuyeron a resaltar la calidad de la representación.
 
La Orquesta de la Comunidad de Madrid, dirigida por el maestro Miquel Ortega, respondió con entusiasmo y entrega sus indicaciones. A pesar de que en algunos pasajes acelerara demasiado el tempo, llevando con ello a los intérpretes vocales a correr en exceso, por lo que se parte del carácter romántico de la melodía, de manera especial en el primer dúo de Aurora con Fernando, así como en la delicada romanza “Por el humo se sabe”.
 
El Coro, bien preparado por Antonio Fauró intervino siempre con bastante firmeza y elegancia, destacando en el marabú, en el coro de románticos y en el número final “canto alegre de juventud”.
 
Mª José Moreno, por su declamación dulce y sensible, así como por la demostración que de su extensa coloratura hizo en la canción del ruiseñor, fue una buena Francisquita,
 
Ismael Jordi, Fernando, a pesar de poseer una voz clara y con gran volumen, cantó más como un tenor lírico que como romántico. Bajó bastante en su gran romanza “Por el humo se sabe…”.
 
La mezzosoprano Milagros Martín, por la acertada modulación de su voz, llena de expresividad y sentimiento, además de por sus cualidades escénicas se lució en el papel de Aurora.
 
Amelia Fon, Francisca, estuvo nada más que discreta. Todo lo contrario que Julio Morales que interpretó con bastante soltura y gracejo el papel de Cardona. Muy acertado en el dúo con Aurora y en la canción del marabú. Enrique Baquerizo es, además de un gran barítono al que le va como anillo al dedo el papel de D. Matías, un gran actor.
 
Una feliz reposición que hará disfrutar mucho a los nostálgicoa amantes de este atractivo título.