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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Donde se habla de profetas mesiánicos, dinero negro y separatismo

Miguel Massanet. Uno empieza sorprendido, continúa perplejo, sigue interesado y, a medida que la secuencia del enredo se va desarrollando y los episodios se van enlazando, como las piezas del puzzle que, en un principio parece irresoluble, van encajando en sus respectivos huecos, empieza a sentir irritación, rabia sorda y ansias de que quien se ha cubierto, de cara al resto de ciudadanos, con la falsa piel de persona justa, impecable y entregada en cuerpo y alma a un ideal nacionalista, equivocado y evidentemente desleal pero, al fin y al cabo, un ideal que, como tal, tiene en si la presunción de algo noble que tiene que ser respetado, en tanto y cuanto no represente un engaño, un fraude o un simple medio de conseguir fines egoístas, riquezas sospechosas o ansias de poder. 

Verán ustedes, cuando un lee que un señor se va a montar una empresa de mármol en Suiza, no es extraño que se pregunte ¿por qué alguien tiene que irse tan lejos, cuando más cerca va a encontrar todo el que le de la gana? Pero es que, señores, si después nos enteramos de que el aeropuerto del Prat estaba enlosado con aquel mármol suizo que alguien les recomendó que utilizaran, mientras el señor Jordi Pujol ejercía de President de la Generalitat; las sospechas se convierten en certezas y se empieza a vislumbrar lo que se escondía detrás de aquella acusación de la “mordida” del 3%, que luego resultó ser del 4% y que quedó en agua de borrajas, porque lo cierto era que: todos los políticos que habían ostentado el poder en Catalunya estaban, de una manera u otra, afectados por el mismo mal. Por cierto, que resultó ser tan malo el resultado de aquel mármol que enlosaba el Prat que, al poco tiempo, a causa del impacto de las ruedas de los carritos de equipajes, resultó que se fue deshaciendo, hasta que fue necesario cambiarlo, una operación que costó a los ciudadanos catalanes la cantidad de 600.000 euros.
 
Yo no sé como va a terminar la denuncia del Mundo y tampoco veo clara la posición de la familia Pujol y de sus cuentas en Suiza. Una marmolería, sin duda, sería una buena cuartada para blanquear capitales que no se han conseguido de forma muy legal. Se habla de que el señor De la Rosa está sufriendo amenazas para que calle. De hecho existe una declaración de dicho señor que, el juez Ruz, está estudiando y que ha trasladado al Ministerio Público para que informe sobre si, el Juzgado Central de Instrucción nº 5, es competente para investigar los hechos y los oficios policiales de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales.  Dice De la Rosa, en su declaración, que el matrimonio Pujol-Ferrusola y sus dos hijos Jordi y Oriol disponen de un capital de 165 millones de francos suizos en la banca privada Lombard Odio de Ginebra. ¿Cómo un simple médico de familia, que tuvo sus más y sus menos cuando fue directivo de la Banca Catalana y que se libró por los pelos de acabar en chirona, con el sueldo de Presidente de la Generalitat, ha podido amasar semejante fortuna? Y no olvidemos que su hijo Jordi ha abierto un importante hotel en Méjico.
 
Y aquí, señores, se cierne el tupido velo de lo que se conoce como tráfico de Influencias,  financiación ilegal de partidos; delito fiscal de ocultación de bienes; blanqueo de capitales; negociaciones prohibidas a autoridades y funcionarios y toda una retahíla de presuntas infracciones que sería prolijo enumerar pero que, de confirmarse, podrían poner en serios compromisos a esta familia ultra nacionalista y, presuntamente, ejemplo de ciudadanos catalanes, si todo lo de lo que se les acusa fuera cierto y pudiera comportar haber incurrido en los delitos que se les imputan.
 
Claro que, la relación del señor Artur Mas y su padre con la familia Pujol viene de hace muchos años y fue, precisamente, el padre del actual President quien se ocupaba de los bienes de la familia Pujol en Suiza. Se habla de que tuvo que declarar una importante cantidad al fisco, para regularizar sus situación fiscal pero, aún así, se dice que sus tres hijos, entre los que se halla don Artur Mas, tienen en Suiza una fortuna de 2.000.000 de euros, cuyo origen no parece estar muy claro, pese a que el señor Mas hijo sostiene que no tiene nada que ocultar. 
 
No se que decirles pero, cuando uno observa a estos profetas que se erigen en redentores del pueblo y predican sacrificios, esfuerzos y revolución en contra de presuntos “opresores” de los catalanes y, se ahonda en sus  verdaderos propósitos, se rasca un poco en las interioridades que se ocultan bajo aquel aspecto de “patriotas”; se apercibe de que estos nacionalismos, estas proclamas independentistas y estos presuntos paraísos en los que se van a convertir los “estados catalans” ( no olviden que sus ansias anexionistas comprenden todo la parte sur de Francia norte de España, la llamada Marca Hispánica, formada por los condados dependientes de los monarcas carolingios pegados a la parte Sur de los Pirineos, a los que, posteriormente, se añadió el de Barcelona y más tarde, Valencia y Baleares); no son más que ídolos con pies de barro que, a lo que verdaderamente aspiran, es al poder y a asegurarse una buena posición para ellos y sus familias.
 
El señor Jordi Pujol, al que no se le puede negar habilidad y oportunismo, se mete en su papel de personaje importante, de persona sensata y dialogante, de verdadero entendido y de estadista situado por encima de todos los demás; asumiendo la postura de superdotado y maestro de maestros; todo el resto de los catalanes sufren una especie de catalepsia que les impide razonar y ver con la debida claridad cuál es el camino que, tanto él como su discípulo y ejecutor, el señor Mas, han elegido para Catalunya; al aventurarse en una correría secesionista cuando, precisamente, la comunidad catalana se encuentra en uno de los momentos más difíciles de su historia, con ochocientos cincuenta mil parados; endeudados hasta las orejas, dependiendo de las ayudas del Estado central para poder pagar sus deudas y amortizar los vencimientos de su deuda y, lo que todavía enreda más las posibilidades de una separación de España, la evidencia de que, en el caso de secesión, se quedarían automáticamente fuera de la CE; algo que, si se piensa con cordura, debiera de haber hecho reflexionar a CIU sobre las posibles y nefastas consecuencias de  proponer a los ciudadanos una consulta para someterles a su consideración si Catalunya debe o no independizarse de España.
 
De aquí las dificultades que CIU tiene para lograr un acuerdo con ERC, que insiste, como segunda fuerza en el Parlament catalán, en que concrete una fecha para la consulta popular, con la intención de forzar, al nuevo ejecutivo, a un enfrentamiento directo con el gobierno de Rajoy; con la peregrina idea de que, tal y como ha pasado con los gobiernos anteriores, no se atrevería a actuar ante unos hechos consumados, como podría ser la declaración, unilateral, por la Generalitat, de la independencia de Catalunya. Mucho nos tememos que le va a ser muy difícil al señor Mas mantener quieto al señor Junqueras de ERC. En realidad, todo el bluf de los nacionalistas, iniciado como consecuencia del fracaso de Pacto Fiscal, depende de lo que se acuerde con ERC. En  todo caso, señores, mucho me temo que va a tener un mal arreglo. O esta es, señores, mi opinión sobre este complicado tema.