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Diario YA


 

Homosexuales y padres

Ecologismo social y adopciones contra natura

La Lupa del YA. Un compañero de sobremesa apoyaba ayer la adopción de niños por parte de parejas homosexuales porque, decía, en muchas familias "normales" los niños son maltratados, mientras que, ¿por qué no iban a darle mucho más afecto unos sensibles gays? Además, ¿no conocemos todos a niños que se han desarrollado perfectamente en familias sin padre o sin madre, por ser huérfanos o por otras razones? Estaba claro que compartía mesa y mantel con otra víctima más de ese adoctrinamiento televisivo que vivimos cada día, con la permanente sugerencia de que las parejas homosexuales son por lo general afectuosas y las otras, vaya usted a saber.

Este comensal, que en otros momentos del almuerzo se había mostrado enormemente preocupado por las agresiones al medioambiente, el reciclaje de basura y el agujero en la capa de ozono, no parecía ver problema alguno en una transgresión tan elemental de lo natural como la aberrante creación de falsos modelos de familia.

Claro que es cierto que un niño criado sin padre o sin madre no tiene por qué ser anormal o quedar traumatizado, pero también lo es que dista mucho de ser una situación deseable. La capacidad humana para superar las adversidades es grande, pero eso no puede dar pie a crear deliberadamente esas adversidades, o creerlas sin importancia. Argumentar como el hombre de su tiempo con el que almorzaba ayer, se parece a pretender que no pasa nada por amputar un pie a un niño, ya que muchos niños nacidos cojos llevan una vida normal.

Lo triste del asunto es que los voceros de estas nuevas tendencias en ingeniería social no sean perseguibles de oficio por la Justicia. Imaginemos a alguien defendiendo abierta y públicamente las bondades de la esclavitud. ¿Acaso no hubo esclavos tremendamente felices? Yendo un malvado paso más alla, podríamos defender que es consustancial al hombre eludir responsabilidades, y renunciar a la libertad, prefiriendo que otros escojan por él. ¿No es lo que hacemos en nuestra pretendida democracia?

Cierro apresuradamente estas líneas, antes de que una pareja de la Guardia Civil, hetero o no, venga en mi busca.