Editorial: "¿Para felicitarse?"
Editorial. 28 de mayo. El tema de conversación hoy es, sin duda, la admisión por parte del Tribunal Supremo de la querella presentada por Manos Limpias contra el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. El hecho de que éste haya convertido la sala número 5 en su particular coto de caza, dicho esto sin buscar asociaciones polémicas, ha dibujado una imagen de la justicia personalista, vinculada a sus propias tendencias ideológicas, política, con el fiel de la balanza inclinado hacia la izquierda y la venda que cubre sus ojos desatada y caída sobre los hombros. Pero de la decisión del Tribunal Supremo hay que inferir que el sistema judicial funciona y que es capaz de evitar que un sherrif, más justiciero que justo, pueda cometer ciertas tropelías impunemente.
Hay que felicitarse en los últimos días de dos decisiones del Supremo que devuelven la confianza en la justicia.
Hoy sabemos que un eurodiputado cuesta 267.500 votos, cifra realmente baja pues garantiza la presencia de un eurodiputado afecto a ETA en el Parlamento europeo. No podemos aventurar en este momento si las elecciones las ganará el PSOE o el PP pero podemos apostar que ETA estará representada en Europa gracias a la decisión del Tribunal Constitucional. Ha sido la justicia española la que ha facilitado su entrada. ¿Cómo pedir después la cooperación internacional en la lucha contra la banda si legalizamos que se siente en los foros en los que se deciden las políticas comunitarias? El Constitucional ha logrado que todos los separatistas españoles -vascos, gallegos, catalanes, canarios, manchegos, extremeños, baleares, asturianos o andaluces -, todos, todos sin excepción, voten al partido de Sastre sólo por darse el gustazo de ver a un etarra compartiendo dietas con Mayor Oreja o López Aguilar. La anti-España se ha servido de la justicia española para triunfar sobre España.