Editorial: "¡Qué desvergüenza!"
Una de las cosas que más repugnan de los separatistas, además de su tozudo empeño en falsificar la Historia y en convertir lo que nunca han sido otra cosa que regiones españolas en pequeños estados, es su indisimulada intención de vivir de España y de los españoles sin dar un palo al agua. Ese país que tanto odian, que tanto atacan, la fascista España, es, curiosamente, la vaca de la que maman los mal llamados "nacionalistas" vascos, catalanes y gallegos.
A veces, ese comportamiento pasa inadvertido para la mayoría de la gente. Otras, en cambio, causa verdadera alarma social, como el caso del presidente del parlamento catalán, Ernesto Benach, que usa para sus desplazamientos un Audi A8 Limusina de 110.000 euros, y como no era lo suficientemente cómoda ni lujosa, le ha añadido algunas pequeñas mejoras por valor de otros 20.000 eurazos, que hemos pagado usted, yo y nuestros conocidos decentes.
Benach debe hacer muchos crucigramas y sudokus en su despacho (la cosa del independentismo, por mucha imaginación que se le eche, no da para mucho), acaba cansadísimo, y ha decidido poner un reposapiés en la "limusina", que hemos pagado usted y yo. Como tiene que estar enterado de lo que pasa en el mundo, ha instalado un televisor último modelo, "baratito" también. Y lo mejor de todo: como escribe mucho en los viajes en coche por Barcelona (la lista de la compra, la alineación que le gustaría ver en el Barça..., cosas de peso) se ha construido un escritorio de madera a medida dentro del vehículo.
O sea, que mientras tres mil personas se quedan en el paro cada día gracias a la gestión de este gobierno socialista que se ha tirado tres meses diciendo que no había crisis por ninguna parte, mientras decenas de parejas tienen que volver a casa de sus respectivos padres porque no pueden pagar la hipoteca, y mientras los pequeños ahorradores se santiguan cada noche para que su banco no quiebre y se queden sin blanca, este tipo convierte su "limusina" oficial en una especie de apartamento particular de soltero, en plan Marajá de Kapurthala.
Todo ello, con una prepotencia, con una falta absoluta de vergüenza y de escrúpulos, con un desprecio por la gente normal de la calle, con un "talante" bananero y despótico que hacen que sus continuas alusiones a la democracia (las de progres, separatistas, etc.) sean una broma casi macabra. Lo suyo siempre ha sido la poltrona, después la poltrona y finalmente la poltrona. A vivir de España, aunque luego se pasen la vida insultándola. ¡Qué desvergüenza!
Viernes, 24 de Octubre de 2008.