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Diario YA


 

Editorial: “Comunistas”

27 de noviembre.

Realmente, si no fuera por iniciativas como la que ayer presentó en el Congreso de los Diputados, Izquierda Unida es un partido que sobra en España. Convertida desde hace tiempo en un apéndice insulso e inútil del socialismo zapateril, su aportación a la democracia ha sido prácticamente nula desde que nació, siempre bajo la inquietante sombra del comunismo, la ideología más dañina que ha conocido la Humanidad.

Pero ayer sus diputados trabajaron, que ya era hora, y presentaron una proposición no de ley para modificar la actual Ley de Libertad Religiosa con el fin de borrar cualquier referencia histórica al catolicismo en España, si es que aún queda alguna. Es decir, los sucesores de Stalin quieren que las próximas generaciones no sepan que nuestro país nació, se expandió y llegó a ser un imperio, el más importante del mundo, gracias al inigualable soporte moral y cultural que siempre le dio la religión católica.

Y es que, por muy instalado que esté el relativismo y por muchos fans que tenga el ateísmo en España, los herederos políticos de Carrillo y La Pasionaria nunca estarán tranquilos mientras siga habiendo crucifijos, iglesias sin arder y monjas dispuestas a dar de comer a hambrientos trabajadores en paro (cosa que, por cierto, deberían hacer ellos). Para intentar revitalizar su trasnochada y enterrada ideología, necesitan borrar las referencias a nuestra fe común, y propagar la idea de que aquí somos todos agnósticos.

Dicen los comunistas de IU que en España “no se registra una alta presencia de sus ciudadanos en actos religiosos”. Eso es lo que les gustaría a ellos, claro. Pero la realidad es muy diferente. Las mayoría de las iglesias de Madrid, por ejemplo, están llenas los domingos. ¿Qué van a hacer para evitarlo, quemar los templos, como durante la Segunda República?, ¿van a proponer a Zapatero una ley de amnistía para todo aquel que se atreva a apalear curas? Porque eso es algo que está en su tradición política.

El problema del comunismo siempre ha sido la realidad. Que es tozuda, que es la que es, por mucho que se quiera ocultar, y que puso en evidencia esa nefasta ideología con el genocidio de la antigua URSS y la mayoría de sus países “satélites”, donde hubo millones de personas asesinadas y masacradas. Aunque sólo fuera por decencia y por vergüenza, tendrían que estar pidiendo perdón por su lamentable pasado en lugar de empeñarse cerrilmente en borrar las señas de identidad de los demás. 

 

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