Editorial: "Año nuevo, tópicos viejos"
Desgraciadamente, el nuevo año no cambia casi ninguna realidad nacional, al contrario de lo que se pide con el brindis de Nochevieja y de lo que ha hecho creer a la gente la superstición de las “uvas de la suerte”. El que era tonto del haba antes del 31 de diciembre lo sigue siendo hoy, día 4 de enero ya, y el que no se enteraba de la misa a la media, sigue sin enterarse hoy, porque la caída de las hojas del calendario sólo nos interesa a los humanos; a los animales, las plantas y los objetos, les trae sin cuidado.
Y es que se suceden (ya estaban tardando) las manifestaciones, concentraciones y otros actos “cívicos” como muestra de rechazo a la “cruel invasión” de Israel contra los pobres palestinos, indefensos y acobardados ante el empuje sionista-yankie (es básico hacer notar esa conexión, porque si no, la soflama no cuela del todo). En distintas ciudades españolas, por ejemplo, se han echado a la calle varios cientos de personas portando banderas y pañuelos palestinos, en señal de apoyo a los árabes.
Nuevamente, vemos cómo los prejuicios ideológicos del personal impiden ver una realidad incuestionable, y es que tanto el grupo terrorista Hamás (alzado al poder por la fuerza democrática de las urnas, en Gaza) y el grupo terrorista de Hezbolá (alimentado por el pirado de Ahmadineyad y por Siria) han hecho imposible cualquier intento de proceso de paz, rompiendo una tregua de manera unilateral y lanzando decenas de misiles diariamente contra el pueblo de Israel. Esto no admite discusión, es así.
¿Hasta dónde debe aguantar un país soberano sin responder cuando está viendo atacar a sus ciudadanos de manera impune por dos potentes grupos terroristas, que son financiados por distintos países árabes que ya han dicho varias veces que sueñan con borrar del mapa” o “echar al mar” a Israel?, ¿acaso el modelo a imitar es el de Zapatero, el dontancredismo profesional,
Tan intolerable es la muerte de civiles palestinos como la de civiles israelíes; es más, todas las muertes de inocentes que hay a diario en el planeta (recordemos que hay varias guerras en África de las que nadie quiere acordarse) son igualmente intolerables. Pero la razón no se tiene o se deja de tener por el número de civiles que pierdan la vida en un intercambio de fuego cruzado, sino por el número de veces que se incumplen las resoluciones de Naciones Unidas, cosa en la que, si bien ninguna de las dos partes ha cumplido con lo suyo, la reincidencia de los árabes radicales admite pocas dudas.
¿A qué se dedica
Lo dicho: empieza el año pero la empanada mental continúa de moda. Y cada vez más.
Domingo, 4 de enero de 2008.