Editorial: "Acierta Fraga"
Ya hemos dicho en alguna ocasión que Manuel Fraga está muy mayor. Demasiado mayor para seguir haciendo declaraciones a los medios de comunicación en nombre de su partido, eso sin duda. Y lo decimos, aunque huelgue la aclaración, desde el más profundo respeto, el que nos merece cualquier persona que haya llegado a la provecta edad del fundador de AP.
Pero dicho esto, que Fraga debería estar jubilado hace tiempo porque se ha ganado con creces el descanso propio de su avanzada edad, sus declaraciones de ayer, que se han tomado como una agresión inaceptable a los separatistas vascos y catalanes, estuvieron presididas por una serena lucidez, quizá la que no tuvo en otros momentos de su vida política. Más allá de la frase, claramente metafórica, sobre el “colgamiento”, su sentencia final no admite discusión: “el nacionalismo, por definición, es lo contrario de la defensa de España”.
Bien es cierto que el todavía senador popular no hizo mucho, durante
Ahora, más cerca ya del retiro que de otra cosa, parece haber visto la luz y consigue enfadar a los puigcercós y rovireches de turno con una frase que no es ni afortunada ni desafortunada, simplemente es una metáfora sin mayor importancia. Una expresión del lenguaje popular infinitamente menos grave que desear la muerte a Su Majestad el Rey como hizo hace unos días precisamente un tiparraco de éstos a los que alude Fraga.
El PP tiene que convencer a Fraga de que se ha ganado su descanso político, y con el máximo respeto pedirle que se abstenga en lo sucesivo de seguir echando gasolina a la actualidad, ya bastante caldeadita. Pero los que se echan las manos a la cabeza por lo que Fraga ha dicho harían mejor en escandalizarse por la responsabilidad que tienen los separatistas en el desmoronamiento de la sociedad española, al que han contribuido con su desfachatez política y su cobardía intrínseca.
Viernes, 12 de diciembre de 2008.