Editorial: "Bertone en España"
Intentamos imaginar la cara que pondría el Cardenal Bertone al escuchar a la Vicepresidenta del Gobierno de España (España, tierra de María) explicando que se va a promover el aborto libre porque las mujeres tienen derecho a hacer con su cuerpo lo que quieran. Y, naturalmente, el feto es igual que una oreja. Intentamos suponer qué le pasaría por la cabeza al escucharla defender ese engendro de Educación para la Ciudadanía, el ariete infecto de la operación de ingeniería social que ha puesto en marcha el gabinete progre-marxista-bananero de Zapatero.
Intentamos imaginar qué habrá pensado al saber que, unas horas antes de su llegada a España, la Academia de la Cinematografía premió una película (sic) que se burla y arremete sin escrúpulos contra la Obra que creó San Josemaría Escrivá de Balaguer, a quien muy bien conocieron en Roma, hombre íntegro y cabal como pocos españoles en el siglo XX, santo que consiguió extender por los cinco continentes la Prelatura empezando desde cero. Qué opinará el número dos del Vaticano sobre la televisión que se hace aquí, donde una de las cadenas con más audiencia se inventa bromas basadas en la violencia laboral, en el escarnio y la degradación del prójimo.
Tenemos pocas dudas acerca de la altura moral e intelectual del Secretario de Estado del Vaticano, a quien además suponemos experto en el lenguaje diplomático, y en digerir, al menos in situ, las más desagradables situaciones sin perder la compostura ni el buen humor. Otra cosa será el análisis que haya hecho en la soledad de sus aposentos, en el silencio frío de la noche madrileña, cuando haya tenido un rato para reflexionar. Cuando haya comprendido en qué manos estamos los católicos españoles, y el abismo de amoralidad, indecencia y corrupción al que nos conducen algunos de los que ayer le estrecharon fuertemente la mano.
Suponemos que le habrán contado en qué ha consistido ese sainete de la desvergüenza al que se ha dado en llamar "subcomisión de la ley del aborto". Ni subcomisión, ni comisión, ni gaitas. No ha habido nada de nada, ni existen informes de expertos, ni esos expertos son otra cosa que paniaguados del poder (como mucho, habrá alguna excepción), ni había en el PSOE la menor intención de hacer otra cosa que aprobar el aborto libre al menos hasta los seis primeros meses de vida del feto. Y por si fuera poco para tener la opereta entera, el principal partido de la oposición se dedica a defender la actual ley genocida, en vez de asentarse en los principios cristianos y oponerse firmemente a cualquier tipo de matanza de nascituri.
Hoy dará su conferencia y regresará a Roma, donde esperamos que dé buena cuenta al Pontífice de todo lo que ha visto y escuchado durante las últimas horas. Seguro que lo hará. Y deseamos que rece mucho por nosotros, él y Benedicto XVI, y que sus oraciones lleguen antes que las de ningún otro a oídos del Señor. Porque corren malos tiempos, Cardenal Bertone, malísimos tiempos para España, y no por razones económicas precisamente. Ojala se haya dado cuenta de ello mientras los enemigos del pueblo le intentaban convencer de lo contrario.
Jueves, 5 de febrero de 2009.