Que a Francisco Alcaraz le hayan quitado la escolta es mucho más que un crimen. Es una infamia y una desfachatez. Es ruin y miserable, cobarde, traicionero e injusto. Es ese tipo de cosas que definen a un Gobierno y a una sociedad: el uno ejecuta y la otra calla. Total, ¿qué va a pasarle a ese que no le haya pasado ya?, dirán. Y tan contentos. Como dijo el ilustre caricaturista, hermano de ex ministro del PSOE, “a Alcaraz le tocó la lotería cuando mataron a su hermano”. Pues claro.
Cada decisión de este Gobierno socialista supera a la anterior en desquiciamiento, retorcimiento y alejamiento de la verdad. Si pueden hacer algo bien (que, en este caso, era simplemente mantener la situación que había) le dan las vueltas que haga falta para terminar haciéndolo mal. Y una vez tomada la decisión, ni remotamente consideran la posibilidad de haberse equivocado; “a lo hecho, pecho”, suele ser su máxima, que desde luego no puede ser nunca la máxima de un dirigente serio y responsable.
Ya vimos ayer de lo que son capaces los asesinos. El coche bomba en la Universidad de Navarra (no por casualidad han elegido un centro académico del Opus Dei, donde estudian chicos y chicas con ideales católicos) pudo haber sido una de las peores carnicerías perpetradas por la banda mafiosa de izquierdas. “ETA está contra las cuerdas”, dicen Rubalcaba y sus adláteres. Y no lo dudamos, cuando tantas veces lo repiten. Pero es evidente que aún mantiene casi intactas sus posibilidades de matar, y de matar mucho.
Ante un problema como el del terrorismo, ante una lacra nauseabunda de ese jaez, perenne en la sociedad española desde hace tanto tiempo, incapaz de hacer la más mínima reflexión sobre lo inútil de sus propósitos, impotente a la hora de comprender que el terror jamás puede engendrar un “derecho”, lo único que cabe, en una sociedad sana, es la unidad real de todas las personas de bien en contra de esa tiranía. Y esa unidad real implica hermandad, significa preocuparse del otro por encima del interés particular.
Dios guarde a Francisco Alcaraz. Esperamos que no le pase nunca nada malo a tan buena persona como es el ex presidente de la AVT. Pero el Ejecutivo de Zapatero está teniendo un comportamiento vergonzoso, una actitud que, por sí misma, descalifica absolutamente toda una acción de gobierno. Es de esperar que haya una rápida rectificación, y que Alcaraz vuelva a tener escolta. Si algo le ocurriese en este tiempo, este país estaría en un grado de envilecimiento difícilmente soportable.
Viernes, 31 de Octubre de 2008.