Editorial: "Con las clases medias"
Si hubiera que poner piedras en la mochila de los defectos políticos de Zapatero (más que mochila, estaríamos hablando del baúl de la Piquer), quizá la mayor de todas ellas sería el desprecio insólito que ha demostrado desde el primer día de gobierno por los trabajadores españoles. Más allá de sus frases grandilocuentes, más propias de un vendedor de alfombras que del Presidente del Ejecutivo, y de la vacuidad ideológica que le caracteriza (sus lecturas no han podido pasar de las revistas de peluquería o el Libro Gordo de Petete), el inquilino de La Moncloa, en la práctica, no ha hecho otra cosa que perseguir, arruinar y desesperar a las clases medias de este país.
Por eso goza de todas nuestras simpatías la convocatoria que la Plataforma de las Clases Medias ha realizado para el próximo 14 de febrero (inolvidable fecha), a las doce del mediodía, en la madrileña Plaza de Colón. Una rebelión cívica que quiere decir "basta" a los desmanes, la irresponsabilidad y el despotismo analfabeto de este Gobierno de baratillo que nos ha enviado el Destino, sin duda por nuestros muchos pecados como pueblo. Un grito de indignación, una llamada a la dignidad de todos, una toma de posición honesta y valiente contra la podredumbre que todo lo inunda y envilece.
A Enrique de Diego, veterano y curtido periodista, le toca la grave responsabilidad de aglutinar voluntades, de coger la batuta para que las clases medias interpreten la melodía de la libertad, de su propia libertad como pueblo. Porque no es cierto que sea la hora de la oposición, como aún sostienen algunos ilusos y despistados; todo lo contrario. Es la hora de la gente normal, del español de infantería, de todos aquellos que estamos asistiendo entre atónitos e incrédulos a esta opereta tragicómica, a este siniestro espectáculo de ruindades, miseria moral y mediocridad.
De Diego, que a través de su programa "A fondo" (todos los días, de lunes a viernes, de 21:00 a 22.00 horas, en Radio Intereconomía, 95.1 F.M.) está intentando movilizar a todas aquellas personas que se sientan aludidas por la convocatoria, ha popularizado expresiones como "casta parasitaria" (apelativo perfecto para lo que antaño fue la "clase política", hoy ahíta de una vida regalada, con coche oficial y partida de golf semanal), "con mi dinero, ¡no!" (grito de guerra que es toda una apelación a la toma de conciencia como ciudadanos) o "Zapatero, ríndete, te tenemos rodeado", sin duda, toda una declaración de intenciones de cara al próximo día 14.
Y es que, lamentablemente, el peor efecto que ha conseguido instalar en nuestra sociedad el relativismo imperante y la corrupción moral que siempre acompaña a los gobiernos socialistas es la apatía y la indiferencia de las clases medias, que terminan por pensar que todo da igual y que su voz increpante e indignada sonará como el canto de una sirena en medio del océano. Nada más lejos de la realidad. Si amamos la democracia, si creemos en la libertad del hombre desde su propia responsabilidad ante Dios, estamos obligados a no tolerar el abuso de poder de quienes, a través de engaños, han usurpado la soberanía al pueblo.
Por eso, desde este diario digital, todo el apoyo para la Plataforma de las Clases Medias en su convocatoria del próximo día 14 en la Plaza de Colón de Madrid.
Viernes, 6 de febrero de 2009.