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Diario YA


 

Editorial: "Evolucionando"

Espanta ver cómo los socialistas permanecen de espaldas al clamor social por la vida y la familia, arremetiendo desde sus cochambrosas terminales mediáticas (o sea, la caverna) para intentar desprestigiar a la Iglesia, acusándola de “no estar a la altura de los nuevos tiempos”. Ellos, en cambio, sí; están tan con los nuevos tiempos que no dudan en atentar contra la vida humana preparando una ley del aborto que será la mayor vergüenza del pueblo español en décadas, y ya tiene mérito la cosa.

No importa que hubiera el domingo un millón de personas en la Plaza de Colón. Éstos que tan “sensibles” dicen ser a lo que “los ciudadanos” quieren, éstos que tanto respetan la democracia y el “juego democrático”, éstos que se empeñan en plastificarnos carnés de demócrata sin los cuales apenas es posible ver salir el sol cada mañana, al día siguiente de esa impresionante manifestación cristiana en apoyo a la familia ya estaban viendo la manera de destrozar la vida humana. Así es la izquierda.

Dijo Ramón Jáuregui (ya es triste estar dedicado a la política toda una vida, y al borde de la jubilación no haber descubierto aún lo que significa el Bien Común), diputado socialista, que la "evolución sociológica muy importante" que ha vivido España en los últimos 25 años puede hacer que en 2010 el TC "pueda tener un criterio más flexible de la compatibilidad entre el derecho de la madre y el derecho del nasciturus". O sea, que la vida humana no es algo que merezca la pena ser defendido por encima de todo, sino que depende, en gran medida, de la “evolución sociológica” que experimente un país. Bonito ejemplo de doctrina política, sí señor.

Y a “esto” es a lo que vota la mayoría del pueblo español: a un partido que cree que las cosas importantes (¿y puede haber algo más importante que la vida, principio de todo?) se defienden o no se defienden según la “evolución sociológica”. Que no hace el menor intento por reflexionar acerca de los derechos inherentes al nasciturus (un trozo de carne sin apenas relación con un bebé nacido, dicen), y todo lo concentran en el deseo (casi siempre caprichoso) de la joven que decide matar al ser que lleva en sus entrañas. Naturalmente, con la intención de que esa joven “vote socialista” en las elecciones.

Muy edificante el chiringuito democrático que se ha montado la progresía a costa del pasotismo general y de la ignorancia supina de sus electores. Es fácil prever que pronto usarán el Código Penal (no ya la Constitución, que es papel más que mojado) para envolverse el “bocata”, porque como se debe juzgar e incluso gobernar teniendo en cuenta la “evolución sociológica”, ¿a qué viene respetar tanta ley antigua, franquista, fascista y represora? Aquí, o evolucionamos o no somos de verdad demócratas.

Martes, 30 de diciembre de 2008.

 

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