Una de las cosas que hemos venido a limpiar es la basura de la profesión. Y sí, lo decimos con humildad, a pesar de todo. Porque el ser pequeño no significa no tener fortaleza, sobre todo cuando el objetivo es claro. España necesitaba un diario digital de inspiración católica, y también necesita que los medios de comunicación dejen de fabricar heces y fabriquen información de calidad. Que dejen ya la senda del oportunismo, del amarillismo, del todo a cien y cumplan de una vez con su obligación moral.
Sí, sí, señores liberales que en el mundo son…Los periodistas tenemos obligaciones morales, ya lo creo que sí, y no sólo los católicos. Ser configurador de la opinión pública es una cosa muy seria en democracia. Todo hombre que se sienta a escribir un artículo debe ser consciente de la gravedad de su responsabilidad, calibrar el peso que su acción tendrá en los públicos, y deducir las consecuencias que todo ello podría provocar. Un informador es un privilegiado, pero no debe nunca dar la espalda a sus principios éticos.
Decimos esto después de ver el vídeo de la Sexta en el que, tras una información sobre el escándalo del estadio Vicente Calderón con los seguidores radicales franceses y sus pancartas de estética nazi, podía verse claramente una imagen fija de Mariano Rajoy que, “casualmente”, coincidía con el final del texto leído por la presentadora, concretamente con la palabra “payaso”. Y aunque es clásico escuchar en estos casos toda suerte de explicaciones sobre los “duendes de la técnica”, ya somos muy mayores todos para creernos ese cuento chino.
No se caracteriza precisamente Diario YA por haber expresado sus simpatías hacia Mariano Rajoy (bien es cierto que por razón de su actividad pública como jefe de la oposición, pues nada tenemos que decir en el plano personal). Pero en este caso tenemos que decir que lo que La Sexta ha hecho con el presidente del PP es completamente inaceptable, y suponemos que se habrá producido ya el correspondiente desagravio. Es gravísimo que algo así pueda ocurrir en un medio de comunicación que tiene millones de espectadores.
Insistimos: ha llegado el momento de que los periodistas, y las empresas periodísticas, nos miremos en el espejo. ¿Qué estamos haciendo?, ¿realmente los intereses políticos, económicos, de poder…, son tan grandes, tan suculentos, que no podemos resistir a ellos?, ¿es que no vamos a sacar un poco de orgullo profesional para terminar con este tipo de componendas y juegos sucios que tanto daño hacen a nuestra credibilidad? Nosotros vamos a luchar con todas nuestras fuerzas para conseguirlo
Jueves, 16 de Octubre de 2008.