Editorial: "Hacemos el ridículo"
Es difícil imaginar hasta dónde puede llegar una persona como Ibarreche en sus ensoñaciones políticas. Porque, indudablemente, en un país serio este señor hubiese sido apartado hace tiempo de todas sus responsabilidades públicas por manifiesta incapacidad. Pero España hace tiempo que dejó de ser un lugar serio, y precisamente políticos como Ibarreche son los que llevan el timón de la nave, con claros signos de querer mandarla a pique.
Y es que resulta fundamentalmente imposible tomarse en serio las palabras del presidente de la comunidad autónoma vasca. Su decisión de acudir al Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo (jamás tribunal de nombre tan pomposo acogió patochada parecida) no sólo rompe cualquier doctrina jurídica vigente hasta el momento, sino que se da de bruces con el sentido común y con los principios básicos de la democracia.
Ese pretendido derecho que dice Ibarreche que tienen los "ciudadanos y ciudadanas" vascos/as a decidir cómo debe ser aquella región en el futuro (más presente que futuro), es un derecho que sólo existe en la imaginación del lendakari y en la de todos aquellos que no ven más allá de sus ansias secesionistas. Porque en un país como España, la soberanía recae sobre el conjunto del pueblo español, y no sobre ninguna de sus regiones.
Pero además, la unidad de España es un valor muy superior al sistema legislativo que actualmente tenemos, y que no es más que un conjunto de normas perfectamente suprimibles o susceptibles de ser modificadas. España, que es la nación más antigua de Europa, no se discute, ni por mayorías ni por minorías. Y muchísimo menos por unos cuantos miles de personas que votan a un partido político en una región española.
Decía alguien en días pasados que Ibarreche iba a hacer el ridículo si acudía al Tribunal de Estrasburgo por el asunto de la consulta. El problema no es que haga el ridículo él, a título individual, sino la imagen que transmite España al exterior. Un país que, lejos de preocuparse por la acuciante crisis económica o por la lacra del terrorismo, aún se está preguntando dónde y cuándo terminan sus fronteras.
Martes, 2 de Septiembre de 2008.