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Diario YA


 

Editorial: "Iglesia, ora et labora"

Siguen pasando las semanas, y en las tertulias de la radio sólo se habla de economía. Sabios e ignorantes muy osados se atreven a ofrecer todo tipo de recetas para superar esta crisis que parece “la madre de todas las crisis”. Zapatero, que hace un par de meses era señalado como el verdadero responsable de los males que nos azotaban, hoy es apenas un pelele zarandeado (como el resto de españoles) por marejadas que vienen de otros lares, las auténticas culpables de todo.

En medio de esta situación en la que, obvio es señalarlo, pierde más quien más tiene (o tenía), la Iglesia sigue haciendo lo que siempre ha hecho: ayudar a los más necesitados. De la misma forma silente y discreta que la ha caracterizado desde los albores de la Historia, haciendo real esa palabra, “solidaridad”, que todos pronunciamos pero pocos llevan a la práctica. Ella sí. Los curas y las monjas vuelven a ser el consuelo de los más afligidos, la esperanza de los desesperados, la brújula de los aturdidos.
 
Son decenas las parroquias y los centros asistenciales de las distintas órdenes religiosas que están repartiendo ropa, comida y una ducha a quienes se acercan por allí. Personas que, según reconocen las monjitas, “tienen una pinta estupenda…, van bien vestidos, aseados y peinados”. Pero han caído en desgracia, porque perdieron su empleo y se vieron con una hipoteca inhumana, imposible de afrontar. “O comes o pagas la hipoteca”, dicen algunos de ellos. Y para comer, acuden a los comedores de la Iglesia.
 
Sí, amigos lectores. Esa Iglesia tan denostada e insultada. La Iglesia caricaturizada por los que se manifiestan en las carrozas del orgullo gay, blasfemando y arrojando tinta roja a inmaculadas sotanas. La Iglesia que es objetivo preferente de ese programa televisivo que hace furor los sábados por la noche. La misma Iglesia que sigue soportando las invenciones que los más iletrados gustan de hacer sobre la Inquisición, “su más oscura creación”. Esa es la Iglesia que hoy da de comer a los pobres en España.
 
No esperemos que desde la izquierda se reconozca lo que es una atronadora verdad. Tampoco los liberales lo harán sin llevar el agua a su molino. Sólo desde el amor al prójimo, desde la consideración profunda de la dignidad humana y de la hermandad de todos los hijos de Dios, encontraremos soluciones útiles para los problemas que genera esta sociedad de la apariencia. Mientras la progresía felona masculla su socialismo barato de boquilla, la Iglesia trabaja por el bien de los desheredados. Lo mismo que ha hecho siempre. Lo único que sabe hacer.

Lunes, 20 de Octubre de 2008.

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