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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

EDITORIAL: La Tormenta Perfecta

“La adversidad descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir”. Padre Enrique Domingo Lacordaire

 
España está pasando por uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. El propio de venir de los acontecimientos pone a prueba a los españoles. Si bien, la llamada crisis actual de valores, lleva muchos años fraguándose en nuestra mente y en nuestro espíritu. Entra sin darnos cuenta, como reflejo de la sociedad moderna que todo lo relativiza y lo absorbe. Será necesaria una restructuración moral y espiritual para que todo a nuestro alrededor cambie. 
 
Tal vez la parte más complicada de combatir es la lucha de aquellos que defienden la vida. La prevalencia de la madre sobre la parte más débil, su hijo. La creencia de algunas mujeres embarazadas de que su cuerpo les pertenece solo a ellas, sin tener en cuenta que no están solas, que hay alguien más que no puede defenderse.
 
La falta de libertad religiosa. Cada vez más fuerza cobra esta corriente apoyada en muchos medios de comunicación. Se detecta por la lapidación pública a la que es sometida toda persona que habla de sus creencias, de sus valores, de su fe. Es tabú para los católicos, hoy día, expresar sus dogmas de fe.
 
Una fuerte crisis económica que nos ha puesto internacionalmente en el punto de mira y nos ha comparado con Grecia. Una situación económica complicada que supone un gran esfuerzo para muchas familias que no la esperaban. El elevadísimo índice de paro que impide uno de los derechos más básicos, el derecho a trabajar de toda persona y a desarrollarse mediante el trabajo. A muchos jóvenes les impide comenzar a realizar sus sueños y pensar en progresar y en formar una familia. ¿Cómo hacerlo sin un trabajo?.
 
La mala imagen que, de un tiempo a esta parte vienen ofreciendo algunos miembros de la familia real española. Todos los días se habla de lo que nunca se ha hablado. Este remolino de comentarios y opiniones ha llegado hasta la figura de nuestro Rey. La preocupación general se centra más en Botswana que en la salud del propio Rey. No sabemos y ese es el problema. Puede que algunos tengan razón cuando argumentan que  el trabajo su Majestad se basa en relaciones que no se desarrollan precisamente visitando museos. Sino más bien en otro tipo de acontecimientos como pueda ser este, una cacería de elefantes. Puede que haya sido un viaje inoportuno. Sea como fuere, lamentamos los últimos accidentes acaecidos en la familia real y deseamos una pronta recuperación. Si bien sería interesante valorar qué pasaría si nuestro monarca ejerciera su derecho a defenderse. Aunque, entre aciertos y errores, lo cierto es que ha trabajado, y mucho, por los intereses de España.
 
La tormenta perfecta está servida. Y ahora llega, en nuestro momento de mayor debilidad, o probablemente por ello, esta expropiación de una compañía petrolífera española en Argentina. No envidiamos a este bello país que va camino de convertirse en una ruina desde todo punto de vista. La decisión del gobierno argentino ha convertido la amenaza de estos últimos días en una bomba que ataca primero nuestra dignidad y nuestra economía. Solo nos faltaba algo así después de estar en entredicho en Europa. Y Cristina Fernández ha aprovechado esta oportunidad a su estilo, esto es, sin la más mínima consideración en los principios básicos del respeto y con un absoluto abuso de poder irresponsable.
 
Dicho de otro modo, Argentina se parece cada vez más a una República bananera. 

 

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