El accidente de Barajas, del que ya hemos escrito en este rincón editorial, está dejando (diez días después de la tragedia) un reguero de declaraciones y acusaciones, desmentidos y aclaraciones, que provocan sobre todo mucho asco. Porque uno intuye que lo que hay es un deseo generalizado de “salvar el pompis” (cada uno el suyo, claro), pero de los 154 ausentes nadie habla ya. Se les ha identificado, entregado a sus familiares y a otra cosa.
Lo cierto es que la ministra dijo en la Comisión del Congreso que Spanair había solicitado un cambio de avión al detectar el primer fallo técnico, y la compañía, después de andar todo el día desmintiéndolo, ha tenido que reconocerlo después de que algunos medios de comunicación hayan difundido una sorprendente grabación. En ella, se escucha perfectamente la conversación entre el responsable de operaciones de Spanair yel jefe de operaciones del aeropuerto de Barajas en la que el primero solicita un cambio de matrícula (lo que en el “argot aeronáutico” significa el cambio de una aeronave por otra).
Más allá de que no parece muy serio que Spanair, con la que tiene encima, se dedique a desmentir cosas que sabe que son rigurosamente ciertas, ahora los ciudadanos de este país y aún los de todo el mundo (no digamos ya los familiares de los fallecidos en Barajas) queremos saber por qué razón si primero se quiso cambiar de aparato, después se decidió que no, que se volaba con el aparato donde había habido una avería. Seguro que hay alguna razón de peso; lo que exigimos es que se explique con todo detalle y claridad.
En la grabación, difundida por elpais.com, el responsable de Spanair afirma: “como el 5022 (JKK-5022) se nos ha dado la vuelta, ahora vamos a cambiar la matrícula”. Y después, añadió: “Lo único que a ver si me puedes poner la puerta C-49 para sacarlo por aquí, que tengo ya a las personas y todo”. Es decir, que parece que había algo más que una ligerísima opción de cambiar de aparato, cuando incluso se pidió al jefe de operaciones del aeropuerto que se mantuviera la misma puerta de embarque para no demorar más la salida del vuelo.
Insistimos: el asunto es raro y exige una rápida y extensa aclaración a la opinión pública por parte de Spanair. Ha habido 154 personas muertas, y otras tantas familias destrozadas. Lo mínimo que se debe hacer es ofrecer una información veraz, amplia y llena de detalles para que, al menos, podamos estar tranquilos la próxima vez que nos subamos a un avión. Desde luego, si la estrategia en el futuro va a seguir siendo la de desmentir noticias ciertas, mucho nos tememos que ese fin será inalcanzable.
Domingo, 31 de Agosto de 2008.