EDITORIAL: Lo que le pedimos a Felipe VI
España y Monarquía van de la mano. Ya en el año 860 don Rodrigo era coronado como rey de Castilla. Por los lazos históricos, por lo que la España Monárquica y católica ha conseguido ser a lo largo de la historia, y por lo que hoy día representa tanto a nivel nacional, como salvaguarda de la unidad de la Patria, y a nivel internacional como nuestro mejor embajador, que la Corona siga ostentando la jefatura del Estado no debería estar bajo duda.
Consideramos a la Corona lo mejor para España, lo cual no nos hace no reconocer sus fallos. Es verdad que el rey Juan Carlos juró los principios fundamentales del Movimiento, juramento del que luego se olvidó. Es verdad que firmó leyes como las del aborto o matrimonio homosexual. Pero también es verdad que un jefe del Estado político sería un desastre para nuestra nación y mil veces peor por preparación, por imagen, por saber estar, por cultura y conocimiento. ¿No es un lujo tener un jefe de Estado que lleva cuarenta años preparándose para ello?
La monarquía española está por encima de las personas que ostentan la Corona en cada momento. Han habido reyes buenos, malos y regulares. También excelentes. Pero la Corona española siempre ha estado por encima de individualidades. Porque la Corona es de todos los españoles.
Deseamos que Felipe VI sea un rey con auctoritas y que defienda la tradición católica de España. Es mucho pedir, pero es nuestro deber pedirlo.