La Madre Maravillas fue una de las mujeres más generosas de la Historia de España. Vivió por y para Dios, que es tanto como decir por y para los demás, estuvo siempre donde estaba la pobreza, la carencia, la apretura, la dificultad. Y en El Carmelo de El Escorial, santo lugar donde ella entró a la tierna edad de 21 años para entregar su existencia al Padre, su ejemplo pervive en las monjas que hoy están allí para rezar por todos nosotros, por los que a diario nos preocupamos por la crisis económica, o sea, porque no podemos pagar la hipoteca…Ellas, que comen de lo que les da la gente.
La Madre Maravillas nació en el solar donde hoy están algunas dependencias del Congreso de los Diputados, y Jorge Fernández Díaz ha presentado una propuesta para que, en memoria y agradecimiento a los muchos servicios que la santa prestó a la Humanidad, así como para recordar la persecución a la que se vio sometida, ella y sus monjitas de la parroquia del Cerro de los Ángeles, por parte de las hordas socialistas y comunistas durante la Guerra Civil española.
Pero la Ley de la Memoria Histórica es tan falsa, tan cobarde y tan mezquina como quien la ha propuesto e impulsado. Y la persecución que sufrió la Madre Maravillas, y los miles de curas y monjas que fueron asesinados por las milicias de la izquierda asesina de la Segunda República, no merece ni siquiera el respeto, ni la conmiseración, ni desde luego el silencio o la oración por parte de quienes hoy dicen ser los defensores de los derechos humanos y la democracia.
La Madre Maravillas tenía, en un rinconcito de la uña del dedo meñique de su mano derecha, más dignidad, más humanidad, más corazón, más alma, mas decencia y más vida de la que puedan soñar todos estos giliprogres que viven de chupar de la ubre pública, del mamoneo y del choriceo. Y ella, que nos verá todos los días desde el Cielo, seguro que sonríe avergonzada viendo el tiempo que la están dedicando los “padres de la patria”. Discuten por darle una placa…, a quien ya tiene el mejor premio posible.
El PSOE vuelve a demostrar lo que es. Cada cual se define por sus actos y sus palabras, y los socialistas siguen siendo lo que fueron cuando Pablo Iglesias fundó el partido, lo que han venido siendo luego con gobiernos corruptos e inmorales, liberales en el peor sentido, lo único que puede ser un partido que surgió para enfrentarse al contrario en lugar de para construir el Reino.
Editorial, 19 de noviembre de 2008.