EDITORIAL: Nuestra opinión sobre Pedro J. Ramírez
Si ha existido un editor en España, con toda la carga que esa palabra conlleva, ese es Pedro J. Ramírez.
El despido de Pedro J, pagado de forma millonaria, abre puertas al debate. Desde el YA somos conscientes que su línea editorial, y la nuestra, eran diametralmente distintas. En más de una ocasión hemos denunciado esas páginas de sociedad atacando a todo lo que oliera a iglesia católica o sus valores que, una semana si y otra también, publicaba en El Mundo.
Pero esto no puede impedirnos ver la realidad. Sin Pedro J Ramírez, la democracia española habría ocultado con sus resortes y mecanismos muchas de sus corruptelas, que salieron a la luz sólo por su afán de investigación y por su apuesta personal.
Las fuerzas del poder han podido definitivamente con él. Quizá no de una manera tan aplastante como ha dejado entrever, insinuando una mano directa del rey y de Rajoy. Pero lo cierto es que, aparte de la crisis económica de Unidad Editorial y de que los dueños italianos están para ganar dinero y no para perderlo continuamente, ambos dos no habrán llorado mucho su despido, después de la publicación del asunto Corina y los SMS con Bárcenas.
Es verdad que como gran editor le gusta el poder e influir en él, aplicando la máxima de que los medios de comunicación son el cuarto poder. Pero eso tampoco es un delito. Y diferenciando líneas editoriales y visiones de la vida totalmente opuestas, nosotros, de envidiosos, nada y llamamos al pan, pan, y al vino, vino.