Todos sabíamos que de esta Cumbre no iba a salir nada “prodigioso”, es decir, nada que fuera a solucionar la crisis económica internacional de la noche a la mañana. Nos quedaba la duda de saber si alguno de los líderes internacionales (los que fueron con silla propia, o los que se sentaron en una prestada) tendría la suficiente decencia como para reconocerlo al mundo. Por desgracia, la respuesta ha sido NO.

Aquí todo el mundo ha jugado su papel: Bush, el de anfitrión ceremonioso, Sarkozy, el de “el más listo de la clase”, Merkel, el de representante de la máquina alemana que casi nunca se estropea del todo, y Zapatero…, el de un joven y bisoño presidente de la izquierda liberal con muchas ganas de hacer méritos ante los que de verdad cortan el bacalao de la política mundial. Y parece que lo ha conseguido.

Porque no nos engañemos: lo de menos son las medidas que se hayan tomado. Poner “colegios de supervisores” y adoptar medidas de “estímulo fiscal” no es ninguna novedad: los gobiernos nacionales ya hacían lo segundo (mal o bien es otra cosa) y ya existían organismos reguladores (que funcionasen mal, fatal o regular es otra cosa). O sea, que de lo que se trataba es de que cada país echase un pulso a los demás para ver qué cantidad de poder tiene. Ni más ni menos que eso, una lucha de poder.

Ese discurso que Zapatero regaló a la Humanidad sobre la “unidad” de los países, ese “multilateralismo” que sólo le interesa a él y a sus socios de la Alianza de Civilizaciones, es un cuento chino que ya no se puede creer nadie: en economía impera, más que en ningún otro campo, la ley del más fuerte. Y por mucha publicidad que nos venda nuestro Gobierno, entre las economías más fuertes del mundo no está la española.

De manera que al precio que tendremos que pagar (“tout ce que tu me demandes, je te le donne”) por el préstamo de la silla, habrá que sumar el tiempo que perderán los pequeños y medianos empresarios de nuestro país, los que de verdad están sintiendo la crisis de cerca, en buscar las soluciones que tan pomposamente anunciaron ayer todos los “mandamases”. Porque como tengan que fiarse de ellos…, lo llevan claro.

Domingo, 16 de noviembre de 2008.