Redacción. La nueva Constitución planteada en referendo en Egipto y respaldada por islamistas ha sido aprobada por el 63.8% de los participantes que supone más de 10 millones de personas, según informó el martes el juez Samr Abou El Maaty, jefe de la Alta Comisión Electoral.
Ha habido dos rondas de votaciones, la primera en la que votaron las provincias más liberales, y el referendo pasó con alrededor del 56.6% de los votos; y una segunda ronda realizada el pasado sábado, en la que votaron 17 provincias, de las que la mayoría son leales al presidente Mohamed Morsi y a su partido, que apoyó la Constitución.
Desde que comenzó a redactarse esta nueva Constitución, ha sido objeto de profundas disensiones entre la sociedad y las instituciones egipcias. Algunos grupos opositores al régimen afirman que fueron excluidos de la asamblea constituyente y que la redacción no incluye sus voces, por lo que solicitan que se constituya una nueva asamblea.
El Frente de Salvación Nacional (FSN), que aglutina a gran parte de la oposición no islamista egipcia y rechaza el proyecto de Carta Magna, ha denunciado la existencia de un fraude en la consulta e incluso aseguran que impugnarán los resultados.
Por otra parte, la oposición sostiene que se utiliza un lenguaje vago que no protege los derechos por los que pelearon los egipcios en la revolución del año pasado, que terminó con el gobierno del presidente Hosni Mubarak.
Quienes apoyan la Constitución afirman que protege los derechos personales, especialmente con sus previsiones sobre cómo manejar a los detenidos en el sistema judicial.
Por otra parte, Human Rights Watch afirmó que el texto “protege algunos derechos pero socava otros”. Además, no termina con los juicios militares de civiles ni protege la libertad de expresión y religión.
La situación en Egipto permanece tensa, algo que se inició desde el momento en que los jueces amenazaron con cerrar la asamblea que redactaría la Constitución. Morsi reaccionó emitiendo un edicto a finales de noviembre por el que se declaraba inmune contra decisiones judiciales hasta que se realizara la votación por una parte y por otra, despidió al jefe del poder judicial con muchos miembros que aún son leales a Mubarak. Las decisiones del presidente egipcio provocaron una serie de revueltas callejeras en su contra que recordaban bastante a las producidas en la salida de Mubarak.
De momento, aunque Morsi eliminó su decreto, la situación permanece tensa.