Principal

Diario YA


 

de Película

El 3D, ¿la muerte del cine?

José María Caparrós

Hace pocos días, la Universidad de Alcalá de Henares nombró Miembro honorífico del Claustro universitario al director de cine Alan Parker. El acto, promovido por la Sociedad de Artistas de España, fue celebrado en el Paraninfo donde se entrega el Premio Cervantes. Junto al cineasta británico, recibieron el mismo nombramiento otras figuras del mundo de espectáculo: Ana Belén, Antonio Gala, Jean-Michel Jarre y José Sacristán.

Sir Alan Parker (Londres, 1944) es un realizador que se hizo famoso con El expreso de medianoche (1978), Arde Mississippi (1988) y Evita (96). Su último film fue La vida de David Gale (2003), un alegato sobre la pena de muerte, que no tuvo demasiado éxito de crítica. En 2005 ya fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Sunderland, y ahora ha recibido el reconocimiento de la histórica Universidad española.

Traemos a colación este nombramiento por las sonadas declaraciones que hizo en Alcalá de Henares acerca de Hollywood y el futuro del Séptimo Arte: “Cuando conocí Hollywood, el dinero era uno de sus motores. Ahora es su única motivación. Toda la industria está muy preocupada por llegar a todo el público y a todos los países… Recorro constantemente escuelas de cine y la única preocupación de los alumnos es de carácter técnico. Los cineastas de hoy se han olvidado de si tienen o no algo que decir. Y el cine es eso; es fundamentalmente el privilegio de hablar a la gente”.

Autor interesado por temas sociales -recuérdese Bienvenido a paraíso (1990) sobre los campos de concentración de japoneses en Estados Unidos durante la II Guerra Mundial, o la adaptación de la autobiografía del emigrante irlandés Frank McCourt, en Las cenizas de Ángela (1999)-, también criticó el cine en tres dimensiones: “Si miramos lo que se está haciendo ahora, por ejemplo, el 3D, no hay motivos para ser optimista. El 3D significa la muerte del cine. No se usa para ayudar a la historia”. Sir Alen dixit.