Redacción. El Adviento marca el comienzo de un nuevo año litúrgico en la Iglesia y se denomina así al período que precede la Navidad. Este año 2012 comienza el domingo 2 de diciembre y finaliza el 23 de diciembre, son cuatro semanas de preparación para la “venida” ("adventus") de Jesucristo.
En nuestra sociedad actual, algunos viven este periodo previo a las “navidades” con alegría porque las calles se iluminan con las luces navideñas, se compran y reciben regalos, se celebran comidas y cenas especiales con compañeros de trabajo o de aficiones… Pero, ¿qué sentido real tiene para los cristianos este periodo previo conocido como “Adviento? ¿Cómo podemos prepararnos para vivirlo con un sentido cristiano?
La liturgia de la Iglesia viene utilizando el color morado para esta época, como símbolo de penitencia, espera del Señor.
Nos preparamos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo. También es momento para revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo. Y un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.
La Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para el momento de la Parusía a través de la revisión y la proyección. En la ‘revisión’, se reflexiona sobre nuestra vida espiritual pasada y nuestra relación con el Señor y el prójimo. En la ‘proyección’, trazamos un plan futuro con nuevos propósitos de mejora espiritual.
En la última semana de adviento preparamos la venida de Jesucristo en la historia, la Navidad. Contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén rodeado de humildad y pobreza y como hombre. Vivimos en este periodo el presente de nuestra vida diaria con la presencia de Jesucristo en nosotros y, por nosotros, en el mundo.