José Mª Garcíade Tuñón Aza. Las palabras de esta mujer fueron portada de todos los periódicos españoles y comentadas en la mayoría de los europeos cuando en el Consejo de la Internacional Socialista, celebrado recientemente en la capital portuguesa de Cascais, dijo: «Me sorprende mucho como pretendemos remover la revolución desde un hotel de cinco estrellas en Cascais, llegando en coches de lujo. Me pregunto, si nosotros podemos darles a los ciudadanos una respuesta, cuando vosotros, líderes políticos les decís que les entendéis, que sufrís, porque somos socialistas. ¿De verdad sentimos ese dolor aquí dentro? ¿De verdad podemos entender lo que estamos pidiendo al mundo desde un hotel de cinco estrellas? ¿De verdad estamos preparados para dar esa imagen al mundo? Los jóvenes desde luego no estamos de acuerdo con vosotros».
Después de estas, o parecidas, palabras muchos quisieron convertirla en una heroína por haber intentado sacar los colores a la élite socialista. Otros la criticaron, éste fue el caso de algunos de sus antiguos compañeros en las Juventudes Socialistas de Guadalajara, donde Beatriz inició su carrera política como concejala del Ayuntamiento de Cabanillas del Campo, quienes además pedían su dimisión como secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes socialistas para que sea «congruente con su discurso» ya que nada dijo de sus privilegios, como fue su jugosa nomina como funcionaria nombrada a dedo por el gobierno de PSOE en Castilla-La Mancha en la anterior legislatura.
Otro ex compañero, Julián Jiménez, le dice: «Sinceramente, querida Beatriz, apoyando lo que dices en el vídeo que, curiosamente, tanto bombo le dan los medios de comunicación de masas, yo no lo creo sincero. Y no lo creo porque entonces ya éramos algunos, antes de irnos del PSOE, los que nos quejábamos de esas "Jornadas Políticas" que se hacían en las JSE y que eran más jornadas de convivencia que jornadas de verdadero debate político. Y que también se hacían en hoteles, sin que tú ni otros, fieles a la dirección del partido o de juventudes, mostraseis queja de ello. También entonces, cuando desde el partido se decía que no existía una crisis económica y algunos defendíamos, ya en junio de 2008, abiertamente, que SI era una crisis económica. Quisiera creerte, querida ex compañera, pero no puedo hacerlo. Creo recordar que entonces tú trabajabas en Bruselas para el Partido a nivel europeo. Entonces ¿por qué no fuiste rebelde en aquel momento? Quienes conocemos el podrido funcionamiento del PSOE sabemos que alguien rebelde nunca alcanza una responsabilidad tan alta como la de dirigente de las Juventudes Socialistas Internacionales».
Beatriz se defendió de los ataques, de los que fueron sus compañeros, negando casi todo y diciendo que es licenciada en Derecho, aunque nunca mostró el título, que hablaba tres idiomas y que dio clase de música sin que tampoco mostrara ningún título. En otro momento añadió que el año pasado se marchó a Viena donde ocupa un cargo para la Internacional Socialista después de haber tenido otros, siempre dentro de la política. También se lamentó, en un programa de TV, que cuando acudió hace unos días a la manifestación anti desahucios, celebrada en la capital de España, fue objeto de abucheos por parte de los manifestantes, lo que hizo que tuviera que ser escoltada por la Policía.
De todas las maneras, el alboroto de esta señora no es más que la repetición de lo que un día el que fue secretario de la CNT y fundador del Partido Sindicalista, Ángel Pestaña ―que llegó a reunirse con José Antonio Primo de Rivera, aunque después cada historiador saca sus propias conclusiones de la reunión―, le dijo en el año 1920 a Lenin cuando ambos se encontraron en el Congreso de la Internacional Roja, donde asistían delegados de muchos países: «¿Cómo queréis, Lenin, que creamos en los sentimientos revolucionarios, altruistas y emancipadores de muchos de esos delegados que, en la vida de relación diaria, obran ni más ni menos como el más perfectos burgués? Murmuran y maldicen de que la comida es poca y mediana, olvidando que los delegados extranjeros somos los privilegiados en la alimentación y que millones de hombres, mujeres, niños y ancianos carecen no ya de lo superfluo sino de los más absolutamente indispensables. ¿Cómo se ha de creer en el altruismo de esos delegados que llevan a comer al hotel a infelices muchachas hambrientas a cambio de que se acuesten con ellos?»...