EL ANTICRISTO
Fidel García Martínez Cuando algunos leen u oyen la palabra anticristo, fruncen el ceño despectivos y se mofan con expresiones autosuficientes: estos aguafiestas solo saben meter miedo a los librepensadores que no admitimos sus bulos. La realidad es muy distinta porque todo lo relacionado con lo que se denomina convencionalente el anticristo, está hoy en plena actualidad, máxime en tiempos sombríos de guerra, peste, profunda crisis moral y repleta de incredulidad y supersticiones en la que abundan el mesianismo político de las ideologías globalizas que intenta imponer unos valores al margen de Jesucristo porque quieren imponer su relativismo moral y su pensamiento del multi-culteralismo del NOM.
El interés por el anticristo aparece en los primeros años del Cristianismo, especialmente en el difícil libro del Apocalipsis. San Pablo ya avisó a los cristianos de sus comunidades de la aparición de falsos profetas que preconizaban el fin del mundo y la llegada del anticristo, el hijo de la perdición, atacando todo lo que llevara el nombre de Dios, hasta sentarse en el Santuario de Dios, exhibiéndose allí como si él fuera Dios No faltan los agoreros, oportunistas y milenaristas que aplican estas palabras a estos tiempos en los que según ellos predominan el ateísmo, el laicismo radical y la persecución extendida contra los cristianos. Pero lo único que se puede deducir de las palabras de San Pablo es la existencia real de un personaje terriblemente perverso, investido de poder sobrehumano, que atacará a Jesucristo, emprendiendo una guerra impía e insensata. Sobre la realidad de este personaje bíblico se ha vertido toda clase de opiniones desde las más descabelladas e insensatas a las más oportunistas. Para algunos el anticristo será un ser humano excepcional por su maldad, revestida de astucia y retórica brillante basada en la falsedad y la mentira, que seducirá a la apostasía incluso a los fieles. Satanás reencarnado en forma humana. Incluso incluso Padres de la Iglesia Católica escriben de un anticristo representado por los grandes tiranos y perseguidores de la Iglesia. No faltan quienes desmitifican tanto a Satanás como al anticristo: ambos serían una representación simbólica del mal. En el teatro español el gran Lope de Vega escribió una obra teatral. Apenas conocida, en la que plantea el tema del anticristo en toda su realidad literaria, poética y teológica: EL ANTECRISTO.