El arco iris de la lucha por un Sáhara libre
Luis de Carlos Calderón. La solidaridad con los saharauis, incluyendo la defensa de su derecho como pueblo a decidir su futuro, no tiene color político. Si el color blanco resulta de la superposición de todos los colores, y el negro es la ausencia de color, la lucha de todos aquellos que quieren colaborar con la única finalidad de ayudar en el proceso de autodeterminación del Sahara hace que la pureza del blanco destaque anulando la presencia dominante de cualquier otro color. Cuando personas de todas las ideologías están de acuerdo en la justicia y la verdad de una causa, debemos de felicitarnos. La luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores. En la naturaleza esta descomposición da lugar al arco iris, que en la política internacional podemos identificar con el acuerdo que sobre la historia y los derechos del pueblo saharaui mantienen movimientos y organizaciones de diverso matiz dentro del círculo cromático ideológico.
En este sentido, en España, no deben extrañarnos noticias, como las aparecidas estos días, en las que se nos informa que el Gobierno regional de Madrid ha destinado, desde el año 2004, algo más de 1,8 millones de euros para la puesta en marcha de 20 proyectos de Cooperación destinados a mejorar las condiciones de vida de la población saharaui; que el Presidente de la Comunidad Murciana visita los campamentos de refugiados de Tinduf promoviendo una mayor participación en proyectos solidarios, que se están desarrollando desde hace 15 años, asegurando que "no se va producir ni un solo recorte, ni un céntimo de euro del dinero destinado a las partidas de cooperación". Ambas comunidades están gobernadas por la derecha liberal. Otras comunidades, de signo ideológico opuesto, como la extremeña y la aragonesa, continúan con la cooperación y la ayuda humanitaria en contacto permanente con las autoridades saharauis. Lo mismo sucede con los partidos que no gobiernan y que situados en las antípodas, unos de otros como UPYD, IU y el socialcristiano AES, sin embargo sus dirigentes coinciden en posicionarse recordando la obligación legal que tiene España, ya que sigue siendo el administrador del Sahara Occidental, incluso el último citado proponiendo que nuestra nación debería comprometerse con las fuerzas armadas saharauis, para mantener el orden público en orden a llevar a cabo el referéndum autorizado por la ONU.
Idéntica situación se da en el extranjero en el que la sucesión de gobiernos de distinto color no impide el mantenimiento de relaciones con la RASD, caso de Méjico, o que se produzca la unión de fuerzas de todos los signos, pidiendo el reconocimiento de la citada RASD y de los derechos del pueblo saharaui, como acaeció con el parlamento chileno. Dinámicas que se dan en casi todos los países hispanos hermanos del Sahara, pero también en Europa caso de Noruega donde al unísono, en sede parlamentaria, el Partido por el Desarrollo, el Partido de Izquierda Socialista y el Partido Demócrata Cristiano exigieron que se respete el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación conforme a la legalidad internacional. En estas naciones nadie se siente mal porque adversarios, en otros aspectos de la vida política y social, estén al lado sujetando una misma pancarta en pos de la causa del pueblo saharaui.
En el contexto de lo expuesto situamos la incompleta relación del Polisario, pues es observador de la Internacional Socialista a la que pertenece la “Unión Socialista de la Fuerzas Populares” de Marruecos, con las internacionales de partidos políticos cuyos representantes dirigen gobiernos de estados que reconocen a la RASD. Así, últimamente, las autoridades polisarias han estado presentes, participando activamente, en el 42 Congreso del Partido Socialdemócrata de Finlandia, en el congreso anual del Partido danés Alianza Rojo-Verde, en el 38 congreso del Partido Sueco de Izquierda… Foros tremendamente interesantes para la causa, pero que, al tiempo, supone el abandono de otros en los que sería conveniente ir introduciéndose para recordar, ante los influyentes dirigentes, el problema irresoluto del Sahara pues, además, en casi todos se encuentra algún partido marroquí. Alguna de estas internacionales son: Unión Demócrata Internacional, 80 partidos de centro y centro derecha de 60 naciones, sin presencia marroquí; la Internacional Demócrata de Centro, con representaciones de un centenar de partidos políticos democratacristianos, socialcristianos y asimilados, entre ellos el Istiglal marroquí; la Internacional liberal en la que se encuentra la “Unión Constitucional - Movimiento Popular” de Marruecos, etc.
Sería bueno, por ejemplo, recordar que en 1975 se consolida la unificación saharaui en torno a la consecución de la independencia del Sahara y el final de la lucha política interna ya que hasta el PUNS, partido creado en 1974 por España con los sectores colaboracionistas saharauis, se incorpora al Polisario. Por tanto, en el Polisario militan diversas corrientes ideológicas unidas por la libertad e independencia de su pueblo. Hace años, Dah Naucha, el que fuera secretario general del PUNS, apareció ante la prensa, previamente al presidente saharaui, Abdelaziz, al final de una misión técnica de la ONU. Manifestando que: "Estos momentos van a ser decisivos para la historia del Sahara y estoy aquí para dar mi apoyo al Frente Polisario". "No milito en el Polisario, pero soy saharaui y eso me basta para estar aquí". "Tras la marcha verde nuestros 20.000 militantes se integraron en el Polisario: en la guerra hay que luchar unidos", sin descartar un resurgimiento del PUNS en un Sahara libre.
Teniendo en cuenta que, buenos o no tan buenos, hay que utilizar los medios que están a nuestra disposición, que la labor principal, en estos momentos, es la diplomática y que, incluso si estallara un conflicto bélico, que no es deseable, seguiría siendo la más importante, ¿Habrá llegado el momento de buscar una fórmula en la que haya saharauis que puedan defender el derecho a la autodeterminación, sin romper la unidad de acción con el Polisario, en relación con otros partidos extranjeros e internacionales además de la socialista? El Estado de la RASD está más que organizado para esa eventualidad.