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Diario YA


 

una historia de detectives, casi un thriller

El caso del doctor Shoraz

Teatro de Josefstatd, donde se podría interpretar este thriller

Juan García. Muchos hoy denominan la investigación del caso del doctor Shoraz como una historia de detectives, casi un thriller. Este personaje era uno de aquellos numerosos extranjeros que buscaba la protección en Europa intentando escapar la persecución penal. Y él es uno de aquellos que logró hacerlo durante mucho tiempo.
 La razón por qué me refiero al pasado es el cambio de sitio de este señor: en vez de una villa en Malta dispone de una celda en la cárcel austriaca en Josefstadt  mientras el tribunal local de Viena varias veces sentenciaba la prolongación de la cárcel cautelar. A pesar de los intentos de los abogados del doctor Shoraz, no han conseguido liberar a su cliente bajo la fianza. Las acusaciones son demasiado graves.
 Los cuerpos de seguridad de Austria tienen argumentos aplastantes para suponer que se trata de un asesino. Como demuestran los materiales del caso penal, Shoraz y sus asistentes mataron a dos empresarios, primero achispándoles con los psicotrópicos, luego los asfixiaron, y escondieron sus cuerpos en los barriles con  cal enterrándoles en un lugar abandonado. El motivo del asesino fue el ansia de ganancia. Las víctimas fueron torturadas para que concedieran los derechos de sus negocios firmando los papeles y luego les mataron al ser testigos peligrosos.
 En Kazajstán, un país lejano donde ocurrió esa tragedia, al doctor Shoraz se le conoce bajo el nombre de Rakhat Aliyev. Era un funcionario de alto perfil y un empresario a quien no le importaban los métodos para enriquecerse. Al huir del país su fortuna se contaba en muchos millones de dólares. Además él cometió varios crímenes, y el asesinato era solo uno de ellos. El tribunal kazajo le condenó en su ausencia a 40 años de la cárcel.
 Sin embargo, Europa, como es bien conocido, es ciudadela de democracia por lo cual cualquier refugiado, siendo un delincuente o no, tiene presunción de inculpabilidad. Además no vale olvidarse del hecho de que Aliyev es un hombre muy rico. A los oligarcas les cuesta menos infringir a las leyes.
 Así, el doctor Shoraz huyó de Kazajstán en 2007, y entró en la cárcel sólo siete años después. Entonces ¿por qué con los argumentos que habían para acusar a Aliyev de asesinato no se tomaron las medidas suficientes para una investigación completa  y amplia? ¿A qué esperaba todos estos años la policía austriaca?
 Según las explicaciones de los juristas, Kazajstán hasta el año 2011 pedía la entrega de Aliyev pero sin resultado. El oligarca ya celebraba su libertad sin tenerse en cuenta que, según las normas internacionales, Austria, al haberse denegado a entregar a un hombre debe realizar su propia investigación. Pues el hecho de que el doctor Shoraz ahora esté encarcelado es indicativo. La fiscalía de Viena después de tres años de una investigación complicada involucrando a unos cien testigos y numerosos expertos para estudiar las pruebas, ordenó el arresto del oligarca. Eso no era algo espontáneo. El juzgado que prorrogó el arresto de Aliyev-Shoraz en realidad confirmó la necesidad de su encarcelación.
 Está claro que los abogados del acusado continúan con su defensa suponiendo que la persecución penal tenga un contexto político. Según ellos, Aliyev es una víctima de la persecución política, un opositor y todas las pruebas son falsificadas. Sin embargo, cabe mencionar que la oficina federal de la policía penal, siguiendo la directiva de la fiscalía de Viena llevó a cabo la evaluación de las actuaciones de Kazajstán y concluyó: “no existen los argumentos suficientes para suponer que las acusaciones de Aliyev y sus socios por parte de las autoridades kazajas son falsificadas”.
La estrategia de Aliyev y sus numerosos consultores es muy sencilla: crear un mito llamándole la teoría de la conspiración. La defensa se base en las teorías de conspiración que ni siquiera pueden parecer ser verdad.  ¿Cómo puede Aliyev ser un opositor? Su último puesto oficial fue de embajador de Kazajstán en Austria.
 Los opositores suelen huir del país por las confrontaciones que llevan con las autoridades creando los partidos políticos, ocupando una posición civil muy activa. Aliyev huyó del país por otras razones – era un criminal. Él no creía en los partidos, no luchaba por los valores de la democracia, se reunió a los opositores sólo después de haber provocado el interés de los cuerpos de seguridad de Kazajstán.
 Así que la encarcelación es un resultado justo después de los siete años de la confrontación entre el oligarca y el sistema de justicia. Lo tiene todo complicado, ya que ni siquiera puede contar con la liberación bajo una fianza. Ninguna de las medidas tomadas por los abogados de Shoraz resulta ser eficaz. Hasta decidieron convertirle en una víctima en la cárcel. Como lo pusieron los medios de comunicación, él “ha sido atacado y casi violado”.
Como dice el propio Aliyev, le robaron y chantajearon por lo cual le trasladaron a una cámara separada (el periódico Der Falter). Después pagó unos miles de euros para liberarse de los raqueteros. Según ese periódico, le han trasladado a una cámara para dos personas, ya que la posibilidad de concederle una cámara individual puede permitirle cometer el suicidio.
 Cabe destacar que la información en los medios de comunicación es bastante contradictoria. Primero, el mundo criminal no puede satisfacerse con unos miles de euros para un chantaje. Y, segundo, la suposición de que en una cámara individual él pueda cometer el suicidio parece ser absurda.
 ¿Qué puede impedir a Aliyev a cometer el suicidio en una cámara para dos personas? Nada. Los medios de comunicación también cuentan que le robaron unas camisetas y un cinturón, que, como es bien conocido, es una herramienta principal de suicidio en las cárceles. ¿Cómo se relaciona este hecho con la información sobre las amenazas de suicidio?
 En general, hay muchas preguntas. Parece que los abogados de Aliyev intentan provocar compasión en la pública. ¿Va a funcionar eso? Mientras los defensores de Aliyev buscan tácticas y estrategias cada vez más sofisticadas, las pruebas de su culpabilidad en el asesinato siguen aumentándo. En términos jurídicos, está bajo seria sospecha. Uno de los motivos de que el oligarca esté en la cárcel son las preocupaciones de que él pueda huir de la justicia y presionar a los testigos.
 Pues va muy en serio. Ahora hay que esperar el juicio para acabar con esta historia escandalosa.

Corresponsal en Viena, Juan García es experto en países de Euroasia