Colectivo Alborán. Llevamos mucho tiempo sin escribir, en gran medida por otros trabajos pero, sobre todo, por el desgarro y repugnancia que nos producen nuestros mandos, sean políticos o militares, y la profunda desazón que nos embarga al sentir, incluso físicamente, la negrísima sima en la que se está sumergiendo España. Hemos asistido a la muerte de un soldado español en el Líbano por un intecionadísimo y cuidadísimo disparo de carro judío. Hemos sufrido la impasividad, por no decir colaboración, de autoridades civiles y militares en el “referéndum” separatista y elecciones catalanas.
Se nos destroza el alma ante las blasfemias y ataques públicos a la Religión y a España. Y, ahora, recientemente, tenemos el trágico y vergonzoso caso del helicóptero caído en aguas del Sáhara Español. Y decimos español porque aún sigue siendo un territorio cuya potencia administradora es España, como bien sabe la ONU, aunque hayamos huido y entregado la misma, de facto, a nuestro tradicional enemigo Marruecos (todo el siglo XX está para atestiguarlo y lo que llevamos del XXI lo confirma: agresiones indirectas -emigración, droga, petróleo, pesca- y no tan indirectas).
El helicóptero venía de Senegal y había repostado en Villa Cisneros (por higiene mental, por patriotismo, no digan Dakla, no hagan el juego a Marruecos). Allí pudieron meterle algo (por ejemplo, en el depósito) o, simplemente, avisar al posible "pesquero" que le "ayudara a descender" (nos acordamos del helicóptero de Rajoy y E. Aguirre en la plaza de toros de Móstoles). Y nadie nos habla de posibles comunicaciones radio. Todo piloto lo primero que hace si tiene problemas es radiar el "Medey" (Mayday), la petición de socorro. Y una aeronave que hace vuelos transnacionales va equipada con radios de frecuencias que permiten hablar mucho más que desde Villa a Gando. Y más en un helicóptero que tiene piloto, copiloto y operador de transmisiones/mecánico. Y más en uno que consigue posarse en el mar.
Y más un operador que ya ha sufrido otro accidente (¿no les parecen muchos accidentes?). Y eso de que Marruecos, vía embajador, diga que los tienen controlados es de aurora boreal. Marruecos sabe y hace muchísimo más de lo que dice, y en esta ocasión ha dicho mucho, para callar ahora y silbar. Huele muy mal, pero muy mal. Lo peor, la inactividad española (debería estar el embajador en Madrid dando cuenta y nuestros Ejércitos en estado de alarma) y los serviles agradecimientos. Lo dicho: ¡Traición! .
Colectivo Alborán: ‘Alborán’ lo forma un grupo de altos mandos del Ejército español, retirados y en activo, que cuentan con una cualificada experiencia militar y una notable preparación académica. A todos ellos les une un denominador común: el amor a España y la preocupación ante los acontecimientos que vive nuestra nación.