José María Caparrós

Con este título, se defendió el pasado martes una brillante tesis doctoral que revaloriza la figura del filósofo Julián Marías como crítico y ensayista cinematográfico. El acto académico tuvo lugar en la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, y no sólo evidenció el rigor intelectual del nuevo doctor, Ildefonso Rodríguez Alcalá -que subtituló su trabajo “Una exaltación estética y antropológica”-, sino también el alto nivel docente e investigador de esa universidad privada.

El objetivo de esta investigación era muy claro: reivindicar al desaparecido pensador español (1914-2005), gran discípulo de Ortega y Gasset, como antropólogo del Séptimo Arte, porque a través de las crónicas publicadas desde 1962 a 1997, Julián Marías realizó un análisis filosófico-humanista del fenómeno fílmico.

De una lectura atenta de esta importante obra -que merece ver la luz como libro- se desprende que Marías se adelantó varios años a otros filósofos (Stanley Cavell, Julio Cabrera, Juanjo Muñoz y Fernando Sabater) que hicieron del arte cinematográfico su objeto de reflexión antropológica. Incluso “lo visible” y “lo no visible” en las películas que desarrolló el historiador francés Marc Ferro, fue precedido por el filósofo español en los artículos de su sección semanal, “Visto y no visto”, publicada en las revistas Gaceta Ilustrada y Blanco y Negro.

El Gobierno español no hizo justicia al “disidente” Julián Marías, que nunca fue catedrático en la Universidad estatal, sino ilustre profesor en el extranjero. Pero hoy ha sido reivindicado por un joven historiador en un centro universitario de la Comunidad Valenciana. De ahí que su trabajo obtuviera la máxima calificación: sobresaliente “cum laude”.