El coro, de Dustin Hoffman
Victor Alvarado
El coro gana la partida desde el principio tan sólo al conocerse el reparto: Dustin Hoffman que obtuvo dos Óscar; Kathy Bates que tiene una estatuilla en su haber; Debra Winger tres veces nominada y así podríamos seguir y no terminan nunca.
La dirección ha corrido a cargo del canadiense, François Girard, el autor de El violín rojo, que ha contado con un gran guionista como Ben Ripley, que mostró su talento escribiendo el guión de una película de ciencia ficción como Código fuente (muy recomendable). Al realizador le gustó la idea de una historia de superación personal en la que unos chicos estrujan su voz, trabajando en un coro hasta que llegan a la pubertad y estas fueron sus declaraciones: “La brevedad de los coros de chicos nos recuerda que en este viaje por la vida siempre ganamos algo y perdemos algo. Los seres humanos tendemos hacia la percepción estática de nuestras experiencias, pero lo cierto es que cambiamos constantemente, nos movemos evolucionando sin cesar. Y pese a que queremos vivir con certezas, éstas se harán añicos de un modo u otro. Éstas son cosas ciertas para los chicos que cantan en el coro de esta historia, pero creo que todos podemos identificados con ellos”.
La película presenta un ritmo pausado, recreándose en las escenas musicales que los amantes del canto agradecerán gracias al talento de los alumnos de un conocido coro a nivel internacional. El largometraje adolece de alguna que otra situación cómica que le hubiera dado mayor dinamismo al relato. Algunos pueden encontrar ciertos paralelismos con Los chicos del coro, aunque la temática es similar, el argumento es completamente distinto y el nivel es de notable alto. Por otra parte, se hubiera agradecido alguna que otra conversación más porque una parte quedará a la imaginación del espectador. No obstante, el cineasta hablaba de este modo del citado guionista: “Era un guión lleno de verdad, con muchas capas, escrito por un escritor muy sensible que resulta ser también músico, lo que no es baladí, pues la música puede ser algo difícil de maridar con las palabras”.
Stet es un niño problemático, hijo de madre soltera, que tiene especiales dotes para el canto. El director de su escuela piensa que puede explotar su cualidad especial. El chaval tendrá la oportunidad de estudiar en un prestigioso colegio privado. Sin embargo, su incapacidad para adaptarse, pondrá en peligro la explotación de ese talento. Un peculiar profesor intentará hacerle reaccionar con escuetos, pero contundentes argumentos.
El tema fundamental de El coro es el de la capacidad de superación y los sacrificios que hay que hacer para sacar lo mejor de uno mismo. Sirve para reflexionar sobre los dones que nos dan y lo efímero de algunos de ellos, lo que nos pueden llevar a optar por dos caminos: el de venirse abajo o el de continuar superándose, con la vista puesta en otros objetivos. No deben perderse un par de escenas por el modo tan sugerente con el que están expuestas. En la primera escena el profesor aparece con sus alumnos y les habla sobre cómo autores creyentes crean obras como una forma de relacionarse con Dios. La segunda situación del director del coro es que se confiesa ateo, pero reconoce que la música es el arte más sublime y espiritual para conectar con la trascendencia. Les aconsejamos que no se pierdan la canción que puede escucharse al inicio de los créditos. La letra de la misma es bastante esclarecedora para comprender el mensaje principal de esta cinta.